La 80 edición de la Rolex Sydney Hobart está cumpliendo los pronósticos de dureza en su segundo día de navegación. La flota continúa su descenso hacia el sur peleando contra un viento sostenido del sur y un estado de la mar muy complicado que está pasando factura tanto a las mecánicas como a las tripulaciones. Durante la noche, el selecto grupo de los súper maxis de 100 pies (30,5 metros) sufrió su primera baja importante: el «Wild Thing 100» se vio obligado a retirarse debido a problemas en la jarcia, reduciendo a cuatro los colosos que aspiran a la victoria en tiempo real. En la punta de la lanza, el «Master Lock Comanche» ha sabido capitalizar las dificultades nocturnas sufridas por su rival más directo, el «LawConnect», para establecer una ligera ventaja de entre tres y cuatro millas. Aunque este margen se ha mantenido estable durante la segunda jornada, la distancia está lejos de ser definitiva. Los estrategas miran con atención los modelos meteorológicos: se prevé una transición de viento para esta noche que podría resultar crucial, no solo para decidir quién cruza primero la línea de llegada en Hobart, sino para definir el ganador absoluto de la regata en tiempo compensado. Mientras los líderes ya cruzan el mítico y temido Estrecho de Bass aproximándose a Tasmania, el resto de la flota se encuentra muy estirada, con los barcos de menor eslora peleando aún a la altura de Jervis Bay, en la costa de Nueva Gales del Sur. Las condiciones no dan tregua: el viento del sur sopla con intensidades de entre 20 y 25 nudos, levantando un oleaje peligroso capaz de provocar más roturas. El parte de guerra ya cuenta con 15 embarcaciones retiradas desde la salida. Aunque la causa principal han sido los fallos de equipamiento, algunos equipos han comunicado su abandono debido a la fatiga extrema de la tripulación y a los mareos provocados por el fuerte mar, con lo que probablemente sean más a medida que pasen las horas y avance la regata.
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