Una densa capa de niebla cubría el Faro de Nazaré el sábado por la mañana, alrededor de la Praia do Norte, los famosos acantilados donde multitudes de todo el mundo se congregan para ver a los mejores surfistas de olas grandes enfrentarse a las marejadas más imponentes, esta vez de unos 60 pies de altura. Una vez disipada la niebla, un corte de luz retrasó el inicio de la competición. Finalmente, el caos amainó y llegó el momento de que los surfistas se lanzaran a las por olas gigantes en el Tudor Nazaré. Nic Von Rupp sabe bien lo que es Nazaré; su profundo conocimiento de las dinámicas de estas aguas les permitió a él y a su compañero Clément Roseyro seleccionar las olas precisas que les ofrecieron la mejor oportunidad de victoria en la competición. A lo largo de los años, ha cultivado una intuición para el mar que le confiere una ventaja decisiva. La clave reside en seleccionar la ola más imponente que, a su vez, sea lo suficientemente segura para ser desafiada y dominada. El surf de olas grandes es un deporte de riesgo extremo, y no es infrecuente que los surfistas se enfrenten a situaciones de alto peligro. Aquí es donde Von Rupp y Roseyro brillan: ese día estuvieron en perfecta sintonía con el mar, surfeando olas absolutamente épicas. Hubo un momento icónico durante la competición cuando Nic Von Rupp desapareció por completo en 20 metros de una violenta masa de espuma, para reaparecer tras una tensa espera. El público enloqueció. Roseyro remolcó a Von Rupp a una de las olas más grandes del día y este la bordó por completo, obteniendo una puntuación de 16,66 sobre 20. A pesar de que Clément Roseyro lleva solo un par de años en la escena, un novato en comparación con muchos, ha consolidado su reputación como una leyenda emergente. Juntos, finalizaron con una puntuación combinada de 45,5, lo que les valió la distinción de Best Team Performance, la suma de las dos mejores puntuaciones de ambos surfistas.

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