Han pasado más de veinte años desde la última vez que la Admiral's Cup y la Rolex Fastnet Race compartieron aguas y calendario. En este 2025, el reencuentro ha devuelto a Cowes ese aire de leyenda que parecía perdido, una mezcla de salitre, historia y adrenalina que sólo estas dos grande regatas saben generar. La Admiral's Cup nació en 1957 como una cita por equipos nacionales, organizada por el Royal Ocean Racing Club (RORC), con un formato que mezclaba regatas costeras y de altura. Desde 1957 hasta principios de los 2000, fue considerada el 'mundial oficioso' de la vela oceánica. El punto culminante de cada edición llegaba precisamente con la Fastnet Race, la mítica travesía de 605 millas entre las aguas que bañan Cowes y Plymouth, pasando por el faro del Fastnet Rock, en la costa irlandesa. La combinación no era casual: la Admiral's Cup servía de escaparate a los mejores programas de vela del planeta, y la Fastnet ponía el broche de oro, probando a barcos y tripulaciones en uno de los recorridos más exigentes del mundo. El tándem creció hasta convertirse en un icono. Ganar la Admiral's Cup era tocar el cielo; completar una Fastnet, sobrevivir a la épica. La Fastnet Race era históricamente la prueba final y decisiva de la Admiral's Cup. La puntuación obtenida en la Fastnet, que es una regata de largo recorrido y gran dificultad técnica, tenía un peso crucial para el resultado final de la Admiral's Cup. Esto le daba a la Admiral's Cup un equilibrio entre regatas costeras y de altura, poniendo a prueba la versatilidad de las tripulaciones. Ganar la Fastnet no aseguraba la Admiral's Cup, pero una mala actuación en ella podía arruinar la clasificación de un equipo. Sin embargo, a principios del siglo XXI, la historia dio un giro. La Admiral's Cup, lastrada por la falta de equipos y cambios en la vela internacional, entró en un largo letargo tras su última edición en 2003. Mientras que la Fastnet continuó su vida independiente, manteniendo su prestigio como una de las regatas más duras y populares, pero huérfana de esa narrativa de naciones compitiendo por la gloria conjunta. Por eso, este verano en el Solent no se vivió una regata más: fue un reencuentro de viejos compañeros de viaje. El RORC ha devuelto la Admiral's Cup al calendario, y lo ha hecho fiel a sus raíces, con pruebas en la bahía de Solent, una regata costera de larga distancia… y, como colofón, la Rolex Fastnet Race. El ambiente en Cowes fue especial desde el primer día. Viejas glorias, jóvenes promesas y barcos de última generación compartían pantalán con veteranos que aún recuerdan las batallas de los 80 y 90 del siglo pasado. La Fastnet, con sus previsiones siempre imprevisibles, volvió a ser el examen final: vientos cambiantes, mares formados y el eterno desafío de llegar al legendario faro irlandés para luego volver a la línea de salida y llegada con la fatiga a cuestas. Entre más de 380 monocascos, el modesto pero letal Leon, de solo 34 pies (10,4 metros), se alzó como ganador absoluto en tiempo compensado IRC, llevándose la prestigiosa Fastnet Challenge Cup. Diseñado por Jacques Valer y construido por JPK Composites, este barco de líneas oceánicas fue magistralmente tripulado a dos por Alexis Loison y Jean-Pierre Kelbert.
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