Esta pasada noche, a las 23:27 horas (UTC), Yoann Richomme ha pasado el último de los tres grandes cabos de la vuelta al mundo en solitario sin escalas, el infame cabo de Hornos , en cabeza de la décima edición de la Vendée Globe. El francés de 41 años, patrón del IMOCA Paprec Arkéa, ha establecido un nuevo tiempo de referencia entre Les Sables d'Olonne y el cabo de Hornos: 43 días, 11 horas, 25 minutos y 20 segundos , destrozando así el anterior récord de Armel Le Cleac'h, establecido en la Vendée Globe de 2016 en 47 días, 0 horas, 34 minutos y 46 segundos. Es decir, lo ha rebajado en 3 días, 13 horas, 9 minutos y 26 segundos. Al mismo tiempo, ha establecido un nuevo récord para el sector cabo Leeuwin – cabo de Hornos, con 13 días, 9 horas, 13 minutos y 43 segundos. Algo más alejado de la costa, Charlie Dalin ha pasado en segundo lugar por el extremo sur de Sudamérica, a las 23:36 horas (UTC), a tan solo 9 minutos y 30 segundos del líder . Esto lo convierte en el paso más ajustado por parte de los líderes en la historia de la Vendée Globe (una hora y 20 minutos separó a François Gabart de Armel Le Cleac'h en 2012). El tiempo transcurrido hasta el cabo de Hornos del patrón del MACIF Santé Prévoyance es de 43 días, 11 horas, 34 minutos y 50 segundos. Los dos barcos ya navegan en el Atlántico Sur , y las primeras millas lo han hecho a la vista el uno del otro. Durante la mañana del martes 24 se encontraban a menos de una milla de distancia, pero tras el paso por la roca, a medida que el viento arreciaba y las velocidades aumentaban hasta los 21-23 nudos, Richomme aceleró ligeramente y se distanció en 10 millas de la proa de Dalin. Fue el paso de líderes más perfecto de esta Vendée Globe que ya ha batido tantos récords. Richomme debe sin duda parte de su récord al ritmo eléctrico que le ha impuesto su rival más cercano, Charlie Dalin . Además, ambos tuvieron la suerte de disfrutar de un Pacífico que se abrió realmente ante ellos, en términos de vientos favorables y de oleaje. Tras haber liderado gran parte de la regata y haber pasado primero por los otros dos grandes cabos, Buena Esperanza y Leeuwin, para Dalin fue motivo de desazón que su compatriota Richomme le negara el triplete y el honor de este récord. El patrón del Paprec Arkéa, lógicamente, estaba emocionado por pasar tan cerca de la roca en su primer Hornos: «¡Qué genial! ¡Qué momento absolutamente increíble! ¡Cuánta emoción por pasar el cabo de Hornos! Nunca imaginé que lo pasaría en esas condiciones. Había 15 nudos de viento, el oleaje nos empujaba. Pasé cerca… Dios mío, ¡fue majestuoso! ¡Fue tan genial! Ver toda la cadena de montañas cubiertas de nieve. Estoy tan feliz, tan orgulloso de mí y del equipo. Es una gran recompensa pasar el cabo de Hornos y, además, en cabeza. El gran trabajo ya está hecho. Solo nos queda volver a subir. Eso va a ser excepcional, pero ahora el momento merece ser saboreado. Es tan hermoso”. La batalla remontando el Atlántico será intensa . Parece que los escenarios para el ascenso son bastante prometedores para los líderes, que podrían cruzar el Ecuador hacia el hemisferio norte a partir del 4 de enero. Sébastien Simon (Groupe Dubreuil) navegaba en tercer lugar al cierre de estas líneas, a unas 600 millas del dúo en cabeza. Su posición de podio parece bastante clara si no hay ninguna rotura importante, ya que el cuarto clasificado, Thomas Ruyant (Vulnerable), está a casi mil millas náuticas de su popa. “Doblar el cabo de Hornos es un gran logro, ya que significa que hemos completado dos tercios del recorrido . Y hacerlo el día de Navidad es especial, me aleja de la cabeza los sentimientos de emoción y tristeza de no estar con mis seres queridos en estos días”, comentó Simon. Lejos de la lucha por el podio, los últimos de la flota están a punto de pasar Leeuwin y tenían aún todo el Pacífico por delante. De los 40 navegantes que tomaron la salida, solo cuatro han tenido que abandonar: Maxime Sorel por una lesión en el tobillo y daños en su vela mayor, Louis Burton por problemas en el aparejo, Szaboles Weöres por daños irreparables en un obenque, y Pip Hare por la desarboladura del mástil de su IMOCA. Todos están sanos y salvo en tierra firme.

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