El nuevo presidente de la Real Federación Española de Vela, Chimo González Devesa está desaparecido en combate después del fiasco de los Juegos Olímpicos que ha hecho España en su disciplina de vela. Vale, que esta Olimpiada es de responsabilidad íntegra de Javier Sanz porque es el que ha dado el visto bueno a todas las tropelías que se han hecho en el Equipo Olímpico, pero Chimo aceptó ser el candidato único de las «elecciones» de la vela cuando Sanz dio la espantada acuciado por las incompatibilidades morales que tenía ser presidente de la Federación Española y presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares. De todas las maneras yo achaco la responsabilidad de todo lo que ha pasado en esta Olimpiada al Vicepresidente deportivo de la Federación. Sanz no está capacitado para tomar ciertas decisiones deportivas porque de vela no sabe nada y de la olímpica menos, y ha sido Chimo el que ha mangoneado poniendo y quitando DPO y ordenando caciquilmente quiénes eran los elegidos para asistir a los Juegos de París. Lo que está claro es que el papel de la vela no ha sido bueno en estos Juegos y el máximo responsable, que no es otro que Chimo, aun no ha salido a contarnos qué es lo que ha pasado. Se ha limitado a decir que la Federación seguirá como está hasta enero de 2025. Un oro está muy bien, si, pero lo demás ha sido un diploma y siete clases de las nueve ni tan siquiera se han clasificado para las finales. Creo que la vela española necesita que alguien cuente qué ha pasado para tanto fracaso. Piensa Chimo que todo se va a tapar con el oro de Botín y Trittel. Ese oro se lo han ganado a pulso los regatistas, con pocas ayudas de la Federación. Ellos se lo han comido y se lo han bebido dentro de un equipo donde, al menos, deberían haber logrado cuatro medallas. Botín y Trittel no son excusa para salir airoso de este desenlace. El dinero del equipo olímpico no ha estado bien repartido. Se sabía que había clases que no iban a pasar de vigésimo lugar y esas clases han malgastado unos recursos que podrían haber ido a otras mejor posicionadas. Al puro estilo de Nueva Zelanda, que si no tienen garantías que sus regatistas van a lograr al menos un diploma, no van. Se ha puteado a Pilar Lamadrid hasta el final a pesar de que estaba muy claro que ella iba a ser la elegida. Quizás el DPO pensó en la posibilidad de una lesión. Pilar no lo ha hecho bien, no, pero la presión a la que ha sido sometida la chiquilla no ha sido normal. Que Xammar y Brugman tampoco lo han hecho bien es un echo, pero habría que ver quién ha estado detrás de la táctica que empleó el catalán en la medal race de 470. No me creo que Jordi haya sido el ideólogo de tan mala gestión. En fin, Chimo, da la cara y cuéntanos.

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