Nació en Roma, empezó a navegar en el Adriático y, con solo 20 años, es la gran revelación de la 37ª Copa del América 2024. Podría ser el segundo timonel más joven de la historia después del australiano Jimmy Spithill, otro de los timoneles del AC75 italiano del Luna Rossa Prada Pirelli. Tímido en apariencia, pero muy seguro de si mismo y meditando su respuesta, afirmo: «Sé la responsabilidad que representa estar en este equipo. Personalmente ahora no siento presión, quizás más adelante cuando se acerque la competición y todo esté más avanzado puede que la sienta, aunque todo el equipo se ha habituado a sentir la presión y a gestionarla tanto en los resultados buenos y malos, porque forman parte de nuestras vidas». A los siete años Marco descubrió su pasión por la navegación en el Club Náutico de Fano, la población natal de su padre Luigi y donde pasaban las vacaciones de verano: Le apuntó a unos cursos. A los diez años empezó a competir en Optimist y allí estuvo hasta 2015, pasando al Tognazzi Marina Village, en Ostia, cerca de Roma, un centro de perfeccionamiento y conoció al entrenador Simone Ricci. Junto a él se convirtió en el primer regatista de la clase Optimist de la historia en ganar tres títulos mundiales consecutivos (2017, 2018 y 2019). En 2019, con 15 años fue nombrado Mejor Regatista Mundial del Año, el más joven de la historia en recibirlo. En 2020 empezó a competir en la clase 29er. y al año siguiente se pasa a la olímpica 470 mixta como patrón junto a Alessandra Dubbini, ganando inmediatamente el campeonato de Europa y el mundial juvenil de ese año. Todo apuntaba a que iba a ser pieza importante en el equipo olímpico italiano de la clase 470 mixta en los JJ.OO. de París 2024, pero el 14 de marzo de 2022, el mismo día que cumplía 18 años, llegó una llamada telefónica de Max Sirena, patrón y director deportivo del Luna Rossa. Al respecto recordó: «No me lo esperaba y menos el día de mi cumpleaños. En esta edición, además de la Copa absoluta también estará la Copa Joven (menores de 25 años) y la Femenina. Sabia que Luna Rossa tenía interés en mí, pero pensar que estaría en la Copa era como cumplir un sueño que tenía desde hacía algún tiempo y estoy muy feliz de ser parte del equipo de mi país». Reconoció: «Fue un cambio en mi rutina de vida, pero el trabajo es el mismo: salir al agua y competir. La verdad es que son barcos diferentes con los que competía antes, pero también similares en muchos conceptos». Quizás a muchas personas sorprendió que renunciase a los Juegos Olímpicos para irse a la aventura de la Copa América. Él lo meditó porque, «Primeramente, intenté hacer las dos cosas. Era muy complicado, tanto a nivel físico como mental, pero me dije: »haz una cosa bien en lugar de dos malas. Me decanté por ir a la Copa porque era algo que me atraía y para mí es aquí donde está el futuro de la vela«. Había terminado la secundaria y paró incluso ir a la Universidad donde le gustaría hacer una carrera relacionada con la actividad física. Ahora solo piensa en la Coopa y afirmó que cuabdo acabe decidirá que camino tomar. Su padre Luigi es investigador y su madre Anna, médico, pero los dos no se opusieron a su decisión. « Ellos no vienen del mundo de la vela. Solo me dijeron que si eso era lo que me hacía más feliz, que ellos no tenían nada que decir. Que lo pensara bien y que nunca tomase ninguna decisión en caliente», concretó. Después de pasar por el simulador del equipo en Cagliari(Cerdeña), donde ya destacó, y de entrenar con el barco de pruebas (el LEQ12) y el AC40, entró en el equipo absoluto como uno de los cuatro timoneles, junto a Francesco Bruni, Jimmy Spithill y Ruggero Tita. Además, el pasado mes de marzo fue convocado también con el equipo italiano que competirá en la Joven Copa del América, donde podría ser el primer timonel. Se mantuvo muy reservado al respecto de la futura composición de las tripulaciones porque, «De momento, aún no sabemos quienes van a estar en cada equipo y en cada puesto. No puedo comentar nada de esto porque no hay ninguna decisión tomada y me limito a entrar en la rotación con Francesco Bruni en los entrenamientos, nada más». Francesco Bruni, 51 años, y Jimmy Spithill, los dos timoneles principales del equipo podrían ser sus padres y sobre esto consideró: «Estar a su lado es algo increíble. Me están enseñando los métodos de trabajo y me ayudan como hacer las cosas, no solo en el mar, sino en todos los aspectos del equipo. En el caso de Spithll, que ha ganado dos veces la Copa y esta es su séptima presencia lo veo trabajando y esforzándose como si esta fuera la primera». Su gran actuación con el Ac40 italiano en la regata preliminar de Jeddah (Arabia Saudí) junto a Ruggero Tita, ganando incluso a los neozelandeses, aunque perdieran después final, le hizo famoso en Italia. Él toca con los pies en el suelo y remarcó: «No me considero en absoluto famoso. Es cierto es que hicimos algunas regatas muy buenas y lo que noto en este momento es que he mejorado muchísimo en otros muchos aspectos y, sinceramente, hoy me siento más cerca de mis objetivos que hace unos meses; tengo mucha confianza en mis posibilidades» No le intimida el pasar de competir con un AC40 a un AC75. Si bien indica que son dos barcos similares, también señala, «son completamente diferente por el control que debes tener a bordo, por la potencia (generada por los 'cyclors', ya que el AC40 solo utiliza baterías. Es todo muy diferente. Los dos 'vuelan', navegan a gran velocidad y el concepto de regatas es similar, pero la forma como se dirige o controlas la embarcación es completamente distinta; ver al AC75 Luna Rossa despegando sobre los 'foils' me vuelve loco». El número que lleva en la tripulación es el '10' y para él algo muy especial. «Soy muy aficionado al fútbol y seguidor fanático de la Roma. Mi ídolo es Francesco Totti, el capitán y que lleva 20 años en el equipo. Aún no lo he podido conocer, pero espero hacerlo pronto».
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