El ingeniero informático español José Luis Vela, responsable de la mecatrónica del equipo estadounidense 'American Magic' y considerado, junto a su socio Javier Cuevas, como uno de los mejores especialistas mundiales en sistemas de navegación, ganador de dos Copa del América (2010 y 2013) es una persona sencilla, afable y que reconoce: «A mi la Copa del América me lo ha dado todo en la vida: el trabajo, la mujer y mis hijas». Este aragonés de 47 años está disputando su séptima Copa del América en Barcelona, la segunda en las filas del equipo estadounidense. Su primera Copa fue en el 2000 con el Bravo España español, pasando en el 2007 al Iberdrola en Valencia. Al final de esa edición estuvo, desde 2007 hasta 2017, formando parte del equipo Oracle del magnate Larry Ellison (en las ediciones de 2010, 2013 y 2017), ganando en 2013 y 2017. Desde 2017 a la actualidad está en el American Magic, con su amigo y socio Javier Cuevas, quien ya ha ganado tres Copas (2007 con Alinghi, 2010 y 2013 con Oracle) Graduado en sistemas de computación. Diseñador de instrumentos de navegación, software de sistemas electrónicos y especialista en mecatrónica (área que incorpora elementos de electrónica, mecánica, robótica, sistemas de computación y fabricación). También ha estado involucrado en los procesos de computación del cohete 'Ariane 5' de la Agencia Europea del Espacio. Junto a Javier Cuevas, que ha estado con él en los mismos equipos, fueron los creadores del Racing Bravo, uno de los más sofisticados sistema de navegación del mundo, que desarrollaron en la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia (EUPLA-Zaragoza). Lleva más de un cuarto de siglo trabajando en la Copa América. Al respecto relató: «Javier y yo llegamos a la Copa casi por casualidad. Estudiábamos el último año de Ingeniería Informática en la EUPLA y estábamos en mi casa acabando unas prácticas juntos». «Los dos somos de la misma promoción -recordó- y recibimos una llamada de uno de nuestros profesores, Fernando Quero, que nos dijo que había llegado a la Universidad un proyecto para un barco la Copa América». «No había visto un barco en la vida, no tenía tradición marítima y solo veía el mar en verano cuando iba de vacaciones con mis padres a Salou (Tarragona). Teníamos que realizar un proyecto para un sistema de Instrumentación de navegación para el 'Bravo España' del equipo español para la Copa del 2000 en Auckland (Nueva Zelanda) y que ensayamos en el Rioja de España, el barco de 1995» , añadió. «Era 1997 y tenía 19 años, nos fuimos a Valencia donde estaba el barco, hicimos cada vez más mediciones, colocamos más sensores y allí nació el 'Racing Bravo', el programa de sistema de navegación capaz de recoger y procesar todos los datos de los instrumentos y sensores, información fundamental de cara a optimizar el diseño de una embarcación de alta competición» , indicó. Además, el 'Racing Bravo' fue el proyecto final de carrera de Javier Cuevas y él y que patentaron, creando en febrero de 2007 la empresa Bravo Systems, una de las más destacadas en el mundo de la navegación. Siempre manifestó: «Creo que Javier y yo llegamos muy pronto al mundo de la vela ya que las soluciones que proponíamos eran tan novedosas que nos costaba mucho convencer a los equipos. Estoy convencido que si la industria de la vela nos hubiese entendido mejor todo esto hubiese llegado antes» . El procesador Rancing Bravo está también en la clase IMOCA, en los TP52 y otras clases. «En la Copa del América tanto Javier como yo hemos trabajado siempre con equipos, porque un equipo de Copa del América te absorbe tanto tiempo porque los desafíos que te ponen no los puedes casi ni asumir y no tienes tiempo para nada más» . «Cuando la Copa América llegó a Valencia hubo seis equipos interesados en el sistema. Nosotros nacimos con el equipo español y era evidente que teníamos que seguir en él, pero Javier se fue con el programa, para diversificar un poco, al Alinghi (que además fue el ganador)», destacó Vela. Actualmente, el procesador Racing Bravo está también en la clase IMOCA, en los TP52 y otras clases. «El hecho diferenciador en la Copa del América -subrayó- es que cada casco es único. Se hace un molde de carbono y se destruye, las velas se diseñan específicamente para cada barco, las piezas metálicas se mecanizan en titanio y son únicas. Mi pregunta siempre ha sido: ¿Por qué si todo en un barco de Copa del América se hace a partir de cero, para qué vas a comprar la electrónica en una tíenda ?. ¿Por qué no te planteas que tienes que asumir y desarrollar sistemas informáticos innovadores? . «Ahí es donde nosotros teníamos toda la tecnología del Racing Bravo y lo que ofrecíamos a los equipos eran esas personalizaciones de tener un sistema diseñado exclusivamente para el problema sin tener que pagar el tiempo y el dinero de hacer eso de cero» , remarcó. Al final de la Copa del 2007, tanto él como Javier ficharon por el equipo estadounidense Oracle, donde estarían tres campañas, casi once años (2007-2017). Después fichaban por el 'American Magic' hasta hoy. «En el Racing Bravo inicial nosotros hicimos el software, lo montamos en un ordenador y pesaba cuatro kilos. Ahora diseñamos nuestra propia electrónica, todo pesa 700 gramos y es diez más potente que el primero que hicimos» , revela. La inteligencia artificial radica, según él definió, «tu dotas al ordenador de toda una serie de datos (miles), como si lo entrenases, y él los procesa. A partir de ahí se generan unas relaciones matemáticas, la base es la misma de siempre y ya eres capaz de poderle preguntar cosas que no le has enseñado y él darte conclusiones». Casado y con dos hijas de 6 y 7 años, su vida y la de su esposa Rebeca es un ir de aquí para allá y donde se disputase la Copa y sobre esto comentó: «En la pasada Copa en Auckland teníamos casa en tres países distintos del mundo y con las cosas viajando en contenedores a los tres países. Hasta un año y medio después no conseguí tener las cosas juntas en una casa; un verdadero caos». Recordó bromeando: «Cerré mi apartamento en Valencia y me fui con mi pareja a Bermudas para preparar la Copa de 2017 y cuando volví ya éramos cuatro y no cabíamos; ya éramos dos más». «La verdad es que si no hubiese sido por mi mujer, que me apoyado siempre al cien por cien en esto y ha tirado para adelante, esto no hubiese sido posible» , dijo emocionado. «Y lo que mucha gente no sabe es que ella, que también es universitaria, nos conocimos trabajando en el Desafío Español en Valencia, indicó emocionado. Consideró que el tema de no tener un equipo español en esta edición no se trató solo de un problema de dinero, porque: «tener la financiación es importante, pero si uno se da cuenta, el equipo de España después de la Copa del América en Valencia en 2007, desapareció. El núcleo duro de aquel equipo ha seguido navegando, pero se ha enfocado en otro tipo de regatas como los TP52 y otros. Incluso los extranjeros que estaban entonces en el equipo han seguido este camino». «Han sido muy pocos los españoles -indicó- que se han mantenido en el cambio tecnológico de los barcos ('foils', etc) y no había un grupo de gente con conocimiento suficiente de esta tecnología para hacer un barco competitivo cuando se anunció que Barcelona iba a ser la sede; no hubo tiempo material», apostilló Vela. En cuanto al favorito en Barcelona no tuvo duda: «El defensor es siempre el favorito porque la Copa del América es todo menos justa y lo digo yo que la he ganado dos veces y he hecho el reglamento dos veces. Las reglas son de todo menos justas para los desafiantes. Aún así creo que el defensor está preocupado porque solo hay que ver los nuevos AC75 de tercera generación y es evidente que las diferencias van a ser muy pocas» No le gusta hablar de cosas tristes, pero no olvida el vuelco del primer 'Patriot', un gran diseño de Marcelino Botín, en Auckland en 2021 y recordó: «ese AC75 fue y sigue siendo hasta hoy el más rápido de la flota. Nuestra sensación dentro del equipo es que allí dejamos un trabajo inacabado. Lo cierto es que para cualquier competidor la Copa mas difícil de ganar es siempre la última que va a disputar, pero llegamos muy preparados y con una cuenta pendiente».
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