En 2005 dejó su trabajo en Barcelona y se apuntó como voluntaria en la 32ª edición de la Copa América en Valencia. Han pasado casi dos décadas y es una de los ingenieros de computación más valorados del mundo. Actualmente está en las filas del INEOS Britannia, desafiante en la 37ª Copa América en Barcelona, y es una de las dos españolas que ha ganado la Copa. Fue en 2010, también en Valencia, con el BMW Oracle estadounidense Su nombre es Elvira Llabrés, nacida en Palma de Mallorca, tiene 48 años y es la gran 'Dama Española' de la Copa. En los 173 años de historia del evento solo tres mujeres la han ganado. Las otras dos son Elise Beavis, ingeniero de rendimiento del Team New Zealand (2017 y 2021). Y como la propia Llabrés apuntó: «también la ganó Aitana Forcén que estaba en el departamento de meteorología de mi equipo, pero después ya no siguió». Cuando la mallorquina llegó a Valencia, también estaba allí la canaria Alicia Ageno, la primera ingeniero española que militó en un equipo de Copa América. Fue navegante e ingeniero de rendimiento en el Victory Challenge sueco y la única mujer de los 379 tripulantes de los doce equipos de aquella edición. Posteriormente se doctoró y actualmente es profesora de la Universidad Politécnica de Barcelona y navegante en vela de alta competición. Licenciada en ingeniería informática y ciencias de computación por la Universidad Politécnica de Valencia, Elvira lleva ya 19 años en la Copa habiendo pasado por equipos de la talla de BMW Oracle (2010), Artemis (2013), Softbank Team Japan (2017) y American Magic (2021). Después de su licenciatura, en 1999, trabajó seis años en IBM y otras empresas en Barcelona. Mientras estudiaba fue monitora y navegó en algunos equipos y su pasión por la vela y la navegación le llevó a dar un giro a su vida. «Cuando se anunció que Valencia sería la sede de la siguiente edición no me lo pensé decidí ir allí a probar suerte» , explicó. Lo hizo apuntándose como voluntaria en la organización (ACM). «Como tengo título de capitán de yate, llevaba uno de los barcos del comité de regatas y también me salió un trabajo muy interesante llevando la parte informática de las boyas meteorológicas del campo de regatas» . Su trabajo no pasó desapercibido para el mundo de la vela de alta competición y el equipo estadounidense BMW Oracle le llamó para trabajar en su departamento de computación y fue parte importante en la victoria del equipo en 2010. El equipo Artemis sueco la fichó para la edición de San Francisco 2013 y empezaba una carrera de seis Copas y no trabajando nunca en el mismo equipo. Estuvo a un paso de ser elegida como navegante del equipo SCA femenino para la Volvo Ocean Race 2014-2015. Estuvo en las pruebas de selección en Lanzarote. No pudo ser porque, «me faltaban conocimientos de meteorología y eso no se aprende de la noche a la mañana», reconoció. Trabajo en la Race Control Office (Departamento de Control) de la Volvo Ocean Race 2014-2015 en Alicante, pasando al Team Japan en la 35ª Copa América 2017 y en la pasada edición estuvo en el American Magic (2021). En abril de 2022 llegó la llamada del equipo INEOS británico para que se incorporase como ingeniero de datos y rendimiento en Barcelona en un momento en el que el equipo inglés se asociaba con el equipo Mercedes de Formula Uno, con sede en Brackley (Reino Unido). Sobre esa asociación consideró: «Es una colaboración muy interesante porque es un acercamiento a los mismos problemas y que ellos están recibiendo lo que nosotros hemos aprendido en estos años y nosotros al revés». «Lo único que hace falta es ver que cosas ya están probadas y las que no y pienso que es muy sano mirar las cosas con ojos nuevos ya que cosas que probamos hace diez años y no funcionaban no significa que ahora no vayan a funcionar o se puedan resolver de otra manera» , concretó. Un barco normal de regatas de competición lleva unos 20 sensores a bordo. Los de Copa América llevan 800 sensores y cada uno proporciona de 20 a 50 datos por segundo, enviando más de un millón de bits de datos al equipo de diseño cada día, mediante 5.500 canales de datos y ocho mil millones de puntos de datos, y cuando se procesan van directamente a la sede de Mercedes en Brackley para el desarrollo de sistemas. «Eso da más valor a mi trabajo y me permite resolver problemas en un espacio mas corto de tiempo. Alguien especializado en estructuras puede estar viendo las alarmas que están ocurriendo, si estamos donde debemos, su tenemos demasiada carga, evitar problemas y muy enriquecedor que haya más gente que pueda tener acceso a los datos, sobre todo a tiempo real» , describió la ingeniero. El nuevo AC75 del Ineos Britannía ya salió de su astillero en Carrington Boats en Southampton y fue transportado 170 km más al norte a Brackley, donde se le están instalando los sistemas electrónicos, de control e hidráulicos. La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) ha revolucionado el trabajo de los ingenieros de rendimiento. Ella opinó al respecto: «Nos tenemos que ir adaptando sin la IA no seríamos capaces de analizar todos los datos que nos llegan. Lo que está claro que la IA no trabaja sola, pero hay que enseñarle al ordenador lo que tiene que hacer» . Lo primero que hace el departamento que ella dirige y que se llama «test and validation» es asegurarse que los datos que están en la base de datos sean buenos. Explicó que: «mi primer trabajo, antes de que el barco salga al agua es que todos los sensores estén bien calibrados. Yo estoy al lado del barco, en la lancha de apoyo y con los ordenadores en los entrenamientos y las pruebas y verifico que los datos que entran tengan sentido y si no me apoyará en la IA esto sería imposible porque pasan millones de datos por minuto». Hablar de barcos 'voladores', inteligencia artificial, tripulantes que los manejan como si fueran aviones podría dar a entender que se desvirtúa el deportes de la vela. «No solo no la desvirtúa, sino que la enriquece -respondió Llabrés- porque muchísimas cosas que ahora tenemos aplicadas a los barcos de regatas salen de la Copa América, como el casco de fibra de vidrio, las velas de carbono, electrónica, etc. Y toda evolución hace que, a la larga, que ayuden a la navegación y se introduzcan cambios tecnológicos de todo tipo, pero los tripulantes deben saber navegar... y muy bien». Lo que la ingeniero tiene asumido es que todos estos avances le han cambiado también la vida. «Pero va de esto, de seguir evolucionado e irse renovando. Me encantó la Copa de 2007 en Valencia, pero la de ahora me parece más atractiva y la evolución la enriquece», aseveró. «He sacrificado un montón de cosas -consideró Llabres- no estar en casa mucho tiempo, ir de aquí para allá, incluso hasta el año pasado no había vivido nunca en Palma, pero esto también te enriquece. Es una vida distinta, quizás un poco desarraigada y decir que he sacrificado no me lo planteó porque nunca sabes como hubiera sido tu vida viviendo de otra manera, peor no me arrepiento de nada y espero estar en la siguiente Copa» . En la Copa América el 'defensor' tiene siempre ventaja sobre los 'desafiantes' y Llabrés asintió: «Es el que hace las reglas, el que tiene la experiencia y el Team New Zealand es un equipo muy fuerte; ya los hemos visto en la regatas preliminares. Aún así, el que gana la Copa es el que tiene el barco más rápido» . Le gustaría ser navegante de barcos de alta competición, pero de momento solo ejerce esa función a bordo del Swan42 'Pez de Abril' murciano de José María Meseguer. «Eso es en mis vacaciones. para mí no hay vacaciones mejor invertidas que en estar el mar, me encanta navegar con ellos, pero no deja de ser un equipo amateur. la verdad es que algunos equipos de regatas me han ofrecido ser navegante a bordo, pero no puedes estar en todo» , concluyó.
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