<img align="left" src="https://static2.abc.es/media/deportes/2022/02/24/palma-k8C--620x349@abc.jpg">El 51 Trofeo Princesa Sofía estrenará los casilleros de las Hempel World Cup Series 2022 como primera gran cita de clases olímpicas desde Tokio 2020. La regata coorganizada por el Club Nàutic S’Arenal, el Club Marítimo San Antonio de la Playa y el Real Club Náutico de Palma incluirá las dos embarcaciones con foil (hidroalas) que debutarán en París 2024 en cuatro categorías: iQFoil Men, iQFoil Women, Formula Kite Men y Formula Kite Women. La incorporación de estas clases voladoras supone el inicio de una nueva era para la vela olímpica, y Mallorca será escenario de excepción para la preparación de sus protagonistas.
iQFoil: Windsurf a medio metro de la superficie
En la nueva clase iQFoil se compite con tablas de windsurf dotadas de foil en sustitución de las RS:X con las que se disputaron los cuatro ciclos olímpicos anteriores. El equipamiento reglamentario consta de una tabla de 2,20 metros de eslora por 95 centímetros de manga y mástil de foil de 95 centímetros, con vela de 9,0 metros cuadrados para iQFoil Men y 8,0 metros cuadrados para iQFoil Women.
La incorporación de las hidroalas permitirá al windsurf olímpico navegar a 30 nudos de velocidad con apenas cinco de viento sobre una tabla situada a medio metro de la superficie, un salto en prestaciones que requiere una evolución para los windsurfistas. “La adaptación de los regatistas ha sido bastante sencilla, porque al fin y al cabo sigue siendo windsurf”, explica Asier Fernández de Bobadilla, director de preparación olímpica de la Real Federación Española de Vela (RFEV). “Lo que ha cambiado mucho es el peso del deportista: estamos observando que el ideal en categoría masculina es de 100 kilos y en chicas acabará en 80. El cálculo es que diez kilos de peso equivalen a unos dos nudos de velocidad, así que las características antropomórficas marcan un factor importante. En ese aspecto, en España nos cuesta encontrar gente tan grande, pero por otro lado contamos con dos chicas que lo están haciendo extraordinariamente bien: Pilar Lamadrid (campeona de los iQFoil International Games de Lanzarote en enero) y Nicole van der Velden (campeona de la Regata Internacional de Lanzarote en febrero) ya se encuentran en el top ten mundial, y eso a dos años y medio de los Juegos es un muy buen punto de partida”.
Ferrán Muniesa, director deportivo del Trofeo Princesa Sofía Mallorca, destaca el nuevo formato de competición con el que debutará la clase iQFoil en esta 51 edición. “Navegarán una serie de pruebas en slalom, una regata larga de 90 minutos, y como Medal Race un novedoso sistema en el que el mejor clasificado pasa directamente a la final, el segundo y el tercero a la semifinal, y los siguientes siete compiten por dos plazas de esa semifinal. A la final solo acceden tres barcos, por lo que es un formato mucho más agresivo en el que no se sabrá quién ha ganado hasta la última regata, algo inédito en la vela”. El campo de regatas se establecerá frente a Can Pastilla.
Formula Kite: Volando con cometas
Formula Kite supone la puesta de largo del kitesurf en unos Juegos Olímpicos. A diferencia del iQFoil, en el que vienen impuestas las velas y tablas, la Formula Kite permite combinar hasta cuatro cometas diferentes y varios diseños de hidroala, lo que a priori equilibra las prestaciones y prima la habilidad del regatista. “Es una clase nueva y la curva de aprendizaje será la más pronunciada si lo hacemos bien”, explica el técnico de la RFEV. “Pero contamos con un grupo muy prometedor: En Formula Kite Men tenemos a Kiko Peiró, Jacobo Espí, Sebas Ducos o Álex Climent, nuestro gran referente; en Formula Kite Women está Gisela Pulido, poseedora de 11 títulos mundiales de kite en Freestyle. Aunque se trata de una disciplina muy diferente, ese palmarés implica que es la número uno del mundo en control de cometa, a lo que hay que añadir que es muy inteligente y aprende muy rápido. Estamos dándole todas las herramientas en táctica, estrategia, trimados,… Y las está aprovechando”.
El estreno de la Formula Kite supone dos hitos para el Trofeo Princesa Sofía Mallorca: Por un lado, será la embarcación más rápida de la historia del evento, con velocidades en el entorno de los 40 nudos; por otro, será la clase que competirá más próxima a tierra, literalmente frente a la playa de Palma, acercando más que nunca el espectáculo al público. En opinión de Ferrán Muniesa, “esta nueva clase revoluciona lo que es la vela en general y aporta una versatilidad brutal, porque es una de las menos condicionadas por el físico, lo que facilitará que mucha gente nueva entre en el mundo de la vela. Es ensanchar el deporte, hacerlo más grande y más accesible”.
La importancia del I+D
Ambas disciplinas comparten un factor determinante: el I+D. “El vuelo no es el futuro, es el presente”, explica Asier Fernández. Ese vuelo se ha generalizado en todo tipo de embarcaciones a vela, desde los potentes trimaranes y monocascos oceánicos hasta la America’s Cup, y en 2024 llega a los Juegos Olímpicos. “En estas clases aparecen nuevos elementos: lo que es el foil, un avioncito con un ala que sustenta y da la potencia para volar más o menos, antes o después. Ese elemento puede llevarse más a proa o más a popa, y también debe combinarse con otros como el lijado del ala, el rake (ángulo de inclinación) del mástil,… Son varios factores para jugar que se añaden a los clásicos de una regata: viento, rachas, layline, posición respecto a los rivales,… Todo eso requiere un trabajo previo en I+D para definir qué combinación de todos esos elementos funciona mejor en cada condición de viento y mar. Resulta clave acumular mucha información, es muy importante la big data”. Ese proceso de aprendizaje requiere muchas horas de ensayos, análisis de datos, tiempo en el agua, trabajo de materiales,… “Este estudio se realiza en el primer período de trabajo de los tres en que dividimos cada pico de rendimiento, dejando para el final elementos como tácticas, tiempos de salida,… Está claro que quien haya trabajado mejor ese I+D partirá con ventaja, y eso podremos verlo en eventos como el Sofía, aunque con el tiempo los rendimientos tienden a equipararse y en los Juegos ya no veremos diferencias”.
La era del foil
La incorporación de ambas clases al programa olímpico supone un paso más hacia la generalización del foil y cambios en la manera de entender, practicar y transmitir la vela. En opinión de Asier Fernández. “se pierde un poco de la navegación tradicional, del juego del role, la importancia de leer el campo,... Ahora es mucho más estratégico: un iQFoil tarda unos seis segundos de media entre que va volando, vira, toca y vuelve a volar, así que en cada virada pierdes 60 metros frente al rival que no vira. En ese aspecto se ha perdido la táctica: ahora se va por la derecha o por la izquierda, ya no se busca el role. Pero se ha ganado en espectacularidad: ver a los Formula Kite superando los 40 nudos o una llegada a boya de 20 iQFoil a 28 nudos… ¡Parece la primera curva de un Gran Premio de Moto GP!”. Ese espectáculo convertirá a la playa de Palma y al litoral de Can Pastilla en gradas naturales ante el circuito de velocidad en que se transformará la bahía de Palma.
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iQFoil: Windsurf a medio metro de la superficie
En la nueva clase iQFoil se compite con tablas de windsurf dotadas de foil en sustitución de las RS:X con las que se disputaron los cuatro ciclos olímpicos anteriores. El equipamiento reglamentario consta de una tabla de 2,20 metros de eslora por 95 centímetros de manga y mástil de foil de 95 centímetros, con vela de 9,0 metros cuadrados para iQFoil Men y 8,0 metros cuadrados para iQFoil Women.
La incorporación de las hidroalas permitirá al windsurf olímpico navegar a 30 nudos de velocidad con apenas cinco de viento sobre una tabla situada a medio metro de la superficie, un salto en prestaciones que requiere una evolución para los windsurfistas. “La adaptación de los regatistas ha sido bastante sencilla, porque al fin y al cabo sigue siendo windsurf”, explica Asier Fernández de Bobadilla, director de preparación olímpica de la Real Federación Española de Vela (RFEV). “Lo que ha cambiado mucho es el peso del deportista: estamos observando que el ideal en categoría masculina es de 100 kilos y en chicas acabará en 80. El cálculo es que diez kilos de peso equivalen a unos dos nudos de velocidad, así que las características antropomórficas marcan un factor importante. En ese aspecto, en España nos cuesta encontrar gente tan grande, pero por otro lado contamos con dos chicas que lo están haciendo extraordinariamente bien: Pilar Lamadrid (campeona de los iQFoil International Games de Lanzarote en enero) y Nicole van der Velden (campeona de la Regata Internacional de Lanzarote en febrero) ya se encuentran en el top ten mundial, y eso a dos años y medio de los Juegos es un muy buen punto de partida”.
Ferrán Muniesa, director deportivo del Trofeo Princesa Sofía Mallorca, destaca el nuevo formato de competición con el que debutará la clase iQFoil en esta 51 edición. “Navegarán una serie de pruebas en slalom, una regata larga de 90 minutos, y como Medal Race un novedoso sistema en el que el mejor clasificado pasa directamente a la final, el segundo y el tercero a la semifinal, y los siguientes siete compiten por dos plazas de esa semifinal. A la final solo acceden tres barcos, por lo que es un formato mucho más agresivo en el que no se sabrá quién ha ganado hasta la última regata, algo inédito en la vela”. El campo de regatas se establecerá frente a Can Pastilla.
Formula Kite: Volando con cometas
Formula Kite supone la puesta de largo del kitesurf en unos Juegos Olímpicos. A diferencia del iQFoil, en el que vienen impuestas las velas y tablas, la Formula Kite permite combinar hasta cuatro cometas diferentes y varios diseños de hidroala, lo que a priori equilibra las prestaciones y prima la habilidad del regatista. “Es una clase nueva y la curva de aprendizaje será la más pronunciada si lo hacemos bien”, explica el técnico de la RFEV. “Pero contamos con un grupo muy prometedor: En Formula Kite Men tenemos a Kiko Peiró, Jacobo Espí, Sebas Ducos o Álex Climent, nuestro gran referente; en Formula Kite Women está Gisela Pulido, poseedora de 11 títulos mundiales de kite en Freestyle. Aunque se trata de una disciplina muy diferente, ese palmarés implica que es la número uno del mundo en control de cometa, a lo que hay que añadir que es muy inteligente y aprende muy rápido. Estamos dándole todas las herramientas en táctica, estrategia, trimados,… Y las está aprovechando”.
El estreno de la Formula Kite supone dos hitos para el Trofeo Princesa Sofía Mallorca: Por un lado, será la embarcación más rápida de la historia del evento, con velocidades en el entorno de los 40 nudos; por otro, será la clase que competirá más próxima a tierra, literalmente frente a la playa de Palma, acercando más que nunca el espectáculo al público. En opinión de Ferrán Muniesa, “esta nueva clase revoluciona lo que es la vela en general y aporta una versatilidad brutal, porque es una de las menos condicionadas por el físico, lo que facilitará que mucha gente nueva entre en el mundo de la vela. Es ensanchar el deporte, hacerlo más grande y más accesible”.
La importancia del I+D
Ambas disciplinas comparten un factor determinante: el I+D. “El vuelo no es el futuro, es el presente”, explica Asier Fernández. Ese vuelo se ha generalizado en todo tipo de embarcaciones a vela, desde los potentes trimaranes y monocascos oceánicos hasta la America’s Cup, y en 2024 llega a los Juegos Olímpicos. “En estas clases aparecen nuevos elementos: lo que es el foil, un avioncito con un ala que sustenta y da la potencia para volar más o menos, antes o después. Ese elemento puede llevarse más a proa o más a popa, y también debe combinarse con otros como el lijado del ala, el rake (ángulo de inclinación) del mástil,… Son varios factores para jugar que se añaden a los clásicos de una regata: viento, rachas, layline, posición respecto a los rivales,… Todo eso requiere un trabajo previo en I+D para definir qué combinación de todos esos elementos funciona mejor en cada condición de viento y mar. Resulta clave acumular mucha información, es muy importante la big data”. Ese proceso de aprendizaje requiere muchas horas de ensayos, análisis de datos, tiempo en el agua, trabajo de materiales,… “Este estudio se realiza en el primer período de trabajo de los tres en que dividimos cada pico de rendimiento, dejando para el final elementos como tácticas, tiempos de salida,… Está claro que quien haya trabajado mejor ese I+D partirá con ventaja, y eso podremos verlo en eventos como el Sofía, aunque con el tiempo los rendimientos tienden a equipararse y en los Juegos ya no veremos diferencias”.
La era del foil
La incorporación de ambas clases al programa olímpico supone un paso más hacia la generalización del foil y cambios en la manera de entender, practicar y transmitir la vela. En opinión de Asier Fernández. “se pierde un poco de la navegación tradicional, del juego del role, la importancia de leer el campo,... Ahora es mucho más estratégico: un iQFoil tarda unos seis segundos de media entre que va volando, vira, toca y vuelve a volar, así que en cada virada pierdes 60 metros frente al rival que no vira. En ese aspecto se ha perdido la táctica: ahora se va por la derecha o por la izquierda, ya no se busca el role. Pero se ha ganado en espectacularidad: ver a los Formula Kite superando los 40 nudos o una llegada a boya de 20 iQFoil a 28 nudos… ¡Parece la primera curva de un Gran Premio de Moto GP!”. Ese espectáculo convertirá a la playa de Palma y al litoral de Can Pastilla en gradas naturales ante el circuito de velocidad en que se transformará la bahía de Palma.
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