Tras cuatro años en la poltrona de la Real Federación Española de Vela, José Javier Sanz Fernández ha decidido, por fin, que no es compatible ser presidente de la Real Federación Española y presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares y ha dejado paso, con el consenso hipócrita de la vela española, a Chimo González Devesa para que se haga cargo de deporte más laureado de España. Chimo es un hombre de la vela. Este, sí. Médico militar de profesión, González Devesa se ha criado en la Armada Española. Ha compartido barcos y equipos con los de la Comisión de Regatas de la Armada de Baleares con base en Porto Pí. Es discípulo de los hermanos Toubes y del Almirante marcial Sánchez Barcaiztegui, y ha tripulado y patroneado los barcos de la Armada «Aifos» y «Sirius», amén del maxi «Hispania» y otras unidades más pequeñas que la Armada Española tiene para formar dotaciones de regatistas y marineros. Tras nueve años como vicepresidente de la Española y 8 como presidente de la Balear, Chimo González Devesa coge una Federación llena de enchufados y con los verdaderos profesionales viendolas venir fuera de ella. No tiene programa porque no lo ha presentado al no haber elecciones por lo que se presupone que será una legislatura continuista y bajo la mirada de Sanz. Su primer exámen serán los Juegos Olímpicos de París, de los que ha sido responsable directo como vicepresidente deportivo.

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