Pues sí, y ya era hora y como dice el refrán «es bueno rectificar a tiempo» y así ha sido la decisión que ha tomado el staff técnico-deportivo del RCN de Palma, en el nuevo formato que toma la siempre mítica Copa del Rey Mapfre, últimamente venida a menos, aunque creo que no hay que mirar atrás sino siempre «palante» y apoyar todo lo que sea mejorar. Así pues que nadie dude que así lo haré desde esta «milla cero» del nuevo rumbo con el que zarpa este año la regata cumbre del mediterráneo. Solo me queda antes de comentar los cambios, un ruego que espero se tenga en cuenta a partir de ahora, sobre todo si entre las novedades que incluye la nueva Copa del Rey Mapfre figuran la incorporación de algunas de las sugerencias, expuestas personalmente en mis crónica y columna de opinión. Y este no es otro que «no matar al mensajero» por sistema, sin analizar con objetividad esas opiniones sobre todo cuando son constructivas como fue el caso. Formatear el esquema de la regata al modelo que exige la ORC en sus campeonato del mundo y europeo -del que la Copa del Rey Mapfre lo conforma en el 2025- es muy acertado ya que no solo se piensa en el corto plazo sino que se extiende al medio y largo como debe y tiene que ser en todo evento que se precie. Otro gran acierto ha sido eliminar algunas clases «exóticas» que no solo no aportaban nada a la regata sino que incluso distraían presupuestos que se podían aplicar a otras necesidades. La presencia de los monotipos J70 tiene su razón de ser en la celebración en septiembre del mundial de la clase en el RCN de Palma, pero el rumor que se eliminara en el futuro, creo que es acertado, y por favor que no se me enfaden, los para mi admirados armadores de este monotipo. «Pichu no dejes de traer las anchoítas que te patrocinan». También el cambio en las clasificaciones y premios en mi opinión es importante. Los puntos de la fase previa si cuentan en esta edición para la final, permitiendo el descarte del peor resultado y en la fase final el descarte se elimina y el coeficiente será de 1.5 por lo que al menos teóricamente no debe haber empate. Y en cuanto a los trofeos se elimina el de ganador absoluto –creo que visto lo visto estos años es lo más justo- y se otorga una Copa del Rey Mapfre al vencedor de cada clase admitida siempre que haya un mínimo de inscritos en cada una de ellas. Y por último una sugerencia, está bien que una regata tenga su programa de actos sociales, pero creo que las verbenas que se montan han ido a más y en las que los regatistas -únicos y grandes protagonistas- estaban ausentes, se deberían reconducir a otros formatos más acorde al espíritu que toda competición deportiva conlleva. Enhorabuena y a seguir por esta singladura, como escribí en mi crónica de la edición del 2022 «Larga vida a la Copa del Rey Mapfre»

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