Pilar Lamadrid es la más joven de una larga familia de grandes regatistas, que ahora le ha llegado la oportunidad de cumplir su sueño olímpico. Es la número dos en el ranking Mundial de la Clase iQFOil y las sensaciones que nos da es que puede hacer algo grande si la dejan desde los despachos de la Real Federación Española de Vela. Su vida, de momento, gira alrededor de la vela y desde muy pequeñita se entrena a diario en el fastuoso campo de regatas de la bahía de Cádiz. Nació en Sevilla, pero su fe ciega en que algún día podría ser la más grande hizo que sus padres trasladaran su domicilio a El Puerto De Santa María, en Cádiz. Sus comienzos «Mi padre fue el culpable de que ahora navegue encima de una tabla» Pilar Lamadrid Regatista del Equipo Olímpico —¿Cómo se considera como persona y como regatista? —Ante todo, en esta vida intento ser buena persona, ayudar a los demás en lo que esté en mi mano y trabajar para seguir creciendo. Como regatista siempre he admirado a deportistas como Rafa Nadal, que mantienen la esencia de los valores del deporte: juego limpio, humildad, profesionalidad, trabajo, entrega, respeto hacia los adversarios… No soy de las que les gusta pisarle el cuello al de al lado para pasar por delante. —¿Dónde y con quién comenzó a navegar en serio? —Si consideramos en serio dedicarme al cien por cien al deporte profesional, diría que cuando terminé la carrera de Fisioterapia en 2018 y tuve la oportunidad de unirme al equipo olímpico junto con Blanca Manchón. Sé que sin esa ayuda hubiera estado mucho más tiempo perdida y dando vueltas. Y si llamamos navegar en serio a tener en mente ir a unos Juegos Olímpicos, creo que desde que gané mi primer Campeonato de España con 13 años, en 2010. —¿Quién es su ídolo en la vela? —Para mí, Blanca Manchón y Marina Alabau serán siempre mis referentes desde que empecé. Creo que la combinación de ambas en un mismo deportista hubiera sido lo máximo. —¿Su vida gira alrededor de la vela o hace algo más? —Siempre ha girado inevitablemente alrededor de la vela y del deporte en general, si no era navegar, era surfear, bailar o jugar al fútbol. Pero sí que hay un trocito reservado para la salud, rendimiento y Fisioterapia que, aunque ahora mismo tenga aparcadas, retomaré en un futuro de alguna forma que todavía tengo que pensar… Juegos Olímpicos «Mi objetivo es lograr una medalla en París, y estamos trabajando para ello» Pilar Lamadrid Regatista del Equipo Olímpico —¿Por qué eligió el windsurf y no otra clase? —Mi padre fue el culpable. Realmente, podría haber elegido cualquier otra clase, ya que mi padre ha navegado en todo tipo de barcos, pero estuve a punto de desistir con 11 años de navegar porque odiaba el Optimist. Fue entonces cuando mi padre me dio la opción de cambiarme a la tabla, que ya había aprendido en nuestra escuela de vela dos veranos antes. Y desde ese cambio no me he bajado ni un solo día. —¿Es el iQFoil una disciplina táctica o más de fuerza? —Hace 3 años te diría que fuerza. Ahora me doy cuenta de que una vez la flota ha aprendido la técnica, gracias a esa fuerza también, la táctica toma la importancia principal en cada manga. Desde fuera y otras clases podrán pensar lo de siempre, que simplificamos y vamos a una maniobra, pero la realidad es que ahí está la gracia, que tenemos que simplificar y no tenemos margen de error, por lo que la decisión táctica debe ser perfecta y tomada en milésimas de segundo, claro. Una española con mucha clase —¿Cómo es un día rutinario de Pilar Lamadrid? —Me levanto sobre las 8.00, desayuno lo primero y me preparo para la primera sesión del día, que puede ser de agua o de gimnasio. Comemos, descansamos y nos preparamos para la segunda sesión, de nuevo gimnasio o agua. Entre medio de sesiones, busco ratos para dedicarle al ordenador (diario de navegación, estudio de vídeos y trackings, trabajo psicológico, redes sociales…) y también algún ratito de desconexión para leer un buen libro. Intento cenar pronto sobre las 21.00 para estar a las 23.00 ya en la cama. Y vuelta a empezar. —¿Qué le inspira la Bahía de Cádiz? —Perfección, tranquilidad, casa y buenos recuerdos. Llevo navegando en ella desde los 7 años y no me imagino un lugar mejor para disfrutar navegando. Y creo que hablo por muchos otros navegantes. —Los Lamadrid son una familia muy larga y prestigiosa en la náutica. ¿Qué ha supuesto para usted llegar hasta este momento tan importante? —Un apoyo del que pocas veces soy consciente, ya que estoy acostumbrada a que toda tu familia esté pendiente de tus regatas y entiendan de lo que hablas. Todos mis tíos y casi todos mis primos han sido regatistas y sienten el orgullo del apellido Lamadrid en cada resultado. Si mi abuelo estuviera aquí, lo estaría disfrutando muchísimo. —¿Trabaja constantemente en el plano psicológico? —El trabajo psicológico ha sido y es esencial en esta nueva etapa con el iQFoil, es algo que siempre tenía ahí, que sabía que había que trabajar, pero no daba con el profesional que me hiciera conectar con este mundo. Hasta que tuve la suerte de empezar a trabajar con María Martínez y conseguir hacer 'click' en mi cabeza. Descubrir el poder de la mente y aplicarlo en el deporte ¡es algo mágico! Al frente de la flota ¡Vamos, Pilar! —¿Qué supuso llegar al número 1? —Una sorpresa absoluta. No llegué a ganar nada aparte de los iQGames de Lanzarote y por eso no me lo esperaba. Al final te ayuda a ser consciente de que, aunque no salgan los resultados que quieres, estar ahí en el top en cada regata también cuenta. Me sirvió como aliento para saber que el momento llegará y que estamos en el camino. —¿Se ve preparada para ganar una medalla en París? —Creo que es algo para lo que nunca se está preparado. Jajajaja. Pero sí, es mi objetivo y estamos trabajando para ello. Son tantas las cosas que pueden pasar en una semana de competición que es casi imposible estar preparada para todas las situaciones. Algo que he aprendido en estos años es que al final gana el que mejor se adapta a cada situación, así que vamos a ello. —En España no tiene rival, pero ¿quiénes serían sus principales adversarios en los Juegos? —Emma Wilson, del Reino Unido, la que sea que consiga clasificarse de Israel (jajaja) y Helene Noesmoen, de Francia. —¿Aguanta bien la presión en una Medal Race? —Yo diría que sí. Al final me lo tomo como un día más de regatas donde se empieza de cero y hay que darlo todo. ¡No deja de ser una manga más con el cuchillo entre los dientes! —¿Cuál fue su peor regata? —Como sensación propia, que además coincide con el resultado final, el Mundial de Holanda 2023. Me quedé con la sensación de haber dejado pasar la regata, como si la que hubiera competido no fuera yo o como si la regata real empezara la semana siguiente. Sin duda fue una sensación de la que he aprendido y desde luego no quiero repetir. —¿Y la mejor? —El Mundial de Brest 2022. No me esperaba en absoluto poder ir liderando un Mundial y estar en posiciones de podio durante toda la semana. Fue una auténtica pasada. Me sentía 'con el flow' de la competición, con mis más y mis menos. Aunque sí que es verdad que lo terminé con un regustillo un tanto amargo por esa última maniobra en la popa de la semifinal… —Fuera de la vela, ¿cuál es su sueño? —Ser feliz y poder ayudar a los demás a serlo, probablemente por medio del mundo del deporte y la salud. Creo que el mundo del deporte es una de las mejores formas de desarrollo personal en la vida. —De un consejo a los niños que sueñan con levitar en una tabla con foil. —Que nunca pierdan ese sueño al no ver resultados y sí problemas. El camino es largo y con obstáculos, pero con la ayuda correcta al lado y no tirando la toalla van a poder llegar muy lejos. Y por supuesto, ¡¡que nunca se olviden de disfrutar navegando!!-
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