Patrocinada por Rolex desde 2002, la reputación y el perfil internacional de la competición han aumentado considerablemente a lo largo de sus 55 años de historia, alcanzando cotas insospechadas cuando se celebró por primera vez en 1968. Para la edición de este año se espera una flota de más de 100 veleros en representación de 25 países y tripulados por algunos de los mejores navegantes oceánicos del mundo.La Rolex Middle Sea Race es una de las varias regatas de 600 millas que Rolex apoya como parte de su asociación de casi 70 años con el deporte de la vela. Al igual que sus homólogas históricas, la Rolex Fastnet Race y la Rolex Sydney Hobart Yacht Race, ejerce un magnetismo natural por sus características únicas. Para el campeón olímpico australiano Tom Slingsby, doble ganador de SailGP, campeón de la Copa América, dos veces Rolex World Sailor of the Year y timonel de la embarcación ganadora en 2021, su primera participación en la Rolex Middle Sea Race fue memorable: «El recorrido es precioso. Rodear islas en condiciones cambiantes con muchos factores geográficos en juego y luego terminar donde empezamos. Volveré sin duda» . El estadounidense Paul Cayard, otro antiguo participante y Embajador Rolex, considera que el espectacular recorrido es uno de los principales atractivos de la regata: «Con toda su historia y su belleza natural, la Rolex Middle Sea Race es una de las más impresionantes del mundo. Te encuentras en la encrucijada del Mediterráneo. La regata lo tiene todo: una energía asombrosa en la salida de La Valeta, un contacto regular con la fauna y la flora, y una travesía por islas impresionantes» . En opinión del cinco veces medallista olímpico Robert Scheidt, también antiguo participante y Embajador Rolex, resulta sobrecogedor el continuo examen al que se enfrentan las tripulaciones: «Una regata tan larga como ésta es todo un reto y tu éxito es como parte de un equipo. Hay mucho trabajo detrás: llevar el barco a la salida, preparar las velas, el aparejo y la tripulación, gestionar los turnos entre el día y la noche, mantener a la gente descansada y en buena forma para hacer bien su trabajo. Es un gran proyecto, y si alcanzas tu potencial, es una gran sensación» . Es una sensación de logro que los participantes comparten desde que la regata fue fundada a finales de la década de 1960 por un grupo de regatistas amateur deseosos de poner a prueba sus habilidades y su resistencia compitiendo en alta mar. Este espíritu ha sido fundamental para su éxito a lo largo de los años. De Malta a Malta Otro aspecto que no ha cambiado es que la regata comienza y termina en el mismo lugar. La salida desde el impresionante Grand Harbour de La Valeta, la capital de Malta, es una de las más icónicas de la vela. Los espectadores se agolpan en todos los miradores mientras los cañones situados en lo alto de los bastiones anuncian la salida de cada clase. A continuación, la circunnavegación de Sicilia en sentido contra horario se divide en varias secciones distintas, cada una con su propia reputación y atractivo. Dos volcanes activos, el Etna y el Estrómboli, ocupan un lugar destacado en la lista. Protegida por la UNESCO, la isla volcánica de Estrómboli es el símbolo indiscutible de la regata y rodearla es un momento inolvidable. Otras etapas destacadas son el siempre voluble estrecho de Mesina, las escarpadas y bellas islas Égadas, en el extremo noroeste del recorrido, y las aisladas islas de Pantelleria y Lampedusa, más cercanas a África que Sicilia, que preceden a la etapa en aguas abiertas de regreso a Malta. La ubicación de la regata y su calendario pueden plantear importantes retos meteorológicos. Los competidores se encuentran a menudo con vientos duros y mares brutales, mezclados con periodos de calma. Para los barcos más rápidos, terminar la regata en 48 horas se considera un hito, dos intensos días en el mar con mínimas posibilidades de descanso. Para la mayoría de la flota, la regata puede durar entre cuatro y seis días. La preparación, el trabajo en equipo, el conocimiento y la experiencia de navegar fuera de la vista de tierra durante largos periodos resultan cruciales. Los recursos humanos y físicos deben gestionarse cuidadosamente, ya que las exigencias de ambos son constantes y agotadoras. El Royal Malta Yacht Club se toma muy en serio la tarea de organizar el evento, como explica su comodoro, David Cremona: «En los últimos años, la Rolex Middle Sea Race se ha consolidado como una de las regatas clásicas oceánicas imprescindibles. Sus defensores más apasionados son los antiguos competidores, muchos de los cuales vuelven una y otra vez para participar. En asociación con Rolex, el club está decidido a dar prioridad tanto a los competidores como al futuro del deporte a medida que evolucionamos y nos desarrollamos. Prueba del éxito de nuestro enfoque es la gran diversidad de la flota en cuanto a nacionalidades, tipos de barco y experiencia» . Para muchos, completar la Rolex Middle Sea Race es un logro suficiente, pero para aquellos que lo hacen bien, la entrega final de premios es una oportunidad de ser reconocidos por sus compañeros. Los premios más significativos son el Trofeo Rolex Middle Sea Race y el reloj Rolex que se entregan al ganador absoluto en tiempo compensado. Reflejo de la naturaleza democrática de la vela oceánica, durante el periodo de colaboración con Rolex, veleros de 35 a 100 pies (10,68 a 30,48 metros) han reclamado este honor y un merecido lugar en la historia de esta excepcional competición.
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