Resulta raro a veces como mezclamos los géneros, gramaticalmente hablando. Jotas, los barcos, y masculinizamos. Si hablásemos del baile regional sería claramente en femenino. Pero bueno, a lo que quiero ir. En nuestro país, el monotipo J 70 es el menor de la saga de la importante marca norteamericana. No los tenía muy por la mano, en la distancia se sobreentiende, pero el pasado fin de semana me acerqué a verlos en el RCN de Barcelona, donde disputaban su Copa de España 2023, a la vez que el campeonato catalán. Dos jornadas a bordo del barco del comité y el ambiente en tierra me permitieron hacerme una idea de la flota, detalles de sus reglas y algunas sorpresas. Las regatas, disputadas en unas condiciones muy complicadas por lo inestable del viento, abrieron grande el abanico que pueden ofrecer a un atento voyeur como un servidor, aunque no sin la cercanía que siempre mejor permite hacerlo desde una lancha. Al no ser recorridos muy largos, me permitía incluso seguir grosso modo la jugada cuando estaban en la boya de barlo. Vi mucho nivel y competitividad en la flota, como evidencia lo ajustado de la puntuación. El vencedor con un solo punto de margen, y luego tres barcos metidos en solo dos puntos en su lucha por el tercer peldaño del podio. Aluciné de verdad con el trabajo del comité de regatas, pendientes siempre de que las pruebas se ajustaran a los 50 minutos de duración sugeridos en las instrucciones de regatas, con un viento inestable que se movía más que los precios. Cambios de rumbo y distancias de las boyas a mansalva y sin escatimar esfuerzo. Cheapeau, Elisabet. Más allá de lo leído por aquí y por allá de esta flota, quedé perplejo por su profesionalización, pues inconscientemente la creía más una clase de iniciación. Craso error. De los 17 barcos participantes solo siete compitieron sin regatista profesional alguno. Nombres ilustres entre los pros, y entre los Corinthian alguno para mí entrañable, como Willy Alonso venido desde Vigo, donde muchos años nos conocimos. Cuando el viernes, antes de salir al agua para la primera jornada, me enteré que competía Víctor de León, no daba crédito. El venezolano, que ya tiene un palmarés importante en USA pese a su juventud, dejó su firma en la primera regata de las 52 Super Series con su doble debut. Es el nuevo estratega del Quantum Racing, poca broma, y además, mucha atención, hacía las tareas de navegante. Casi nada. Como me explicó charlando con él, la cosa tiene guasa. No solo era la primera vez en su vida que hacía de navegante, además me confesaba con total naturalidad que él no tenía ordenador en su casa y stuvo que comprarse uno hace un par de meses para irse familiarizando con el programa de navegación, no el Firefox, el Safari o el Chrome, que también, sino con el de las regatas. Quédense con su nombre, Víctor de León.
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