Aprovechando la obligada pausa en los entrenamientos después de lograr la sexta posición en el Campeonato de Europa de la clase iQFOil, que concluía el pasado día 14 en la localidad helena de Patras, Pilar Lamadrid (Ellas son de aquí / Livinda / Puerto Sherry / Fundación Andalucía Olímpica) analiza lo sucedido en la competición continental, al tiempo que mira hacia adelante con optimismo con vistas al Mundial del próximo verano, en el que está llamada a certificar la clasificación de España para los Juegos de París. En este sentido, y viendo las limitaciones físicas que le hicieron ser duda incluso antes de iniciarse el Europeo y de las exigencias meteorológicas que presidieron la competición, el hecho de repetir por tercer año presencia en las Medal series han cimentado aún más su ya de por sí sólida fortaleza mental. «Ha sido una de las competiciones más duras que he hecho, sobre todo psicológicamente, porque hasta el día de antes no sabía incluso si iba a ser capaz de competir debido a la lesión en la espalda que llevo arrastrando desde el Trofeo Princesa Sofía de Palma. Por todo eso ha sido una regata diferente, ya que mi objetivo inicial era pelear para intentar estar en el top ten final y, dado el caso, como así fue, darlo absolutamente todo en las finales. Además, también ha sido una regata dura por las condiciones, ya que hemos tenido durante tres días seguidos rachas de hasta 30 nudos, algo que es la primera vez que me ocurre en esta nueva clase», apunta la líder del equipo preolímpico español de la disciplina olímpica de las tablas. Desde su retiro gaditano y con el paso de los días, la regatista del Club Náutico Puerto Sherry valora aún más si cabe su presencia de nuevo en una gran competición en la pugna por las posiciones de privilegio hasta la última jornada. «Algunas cosas hemos hecho bien para estar al final ahí. Pero sobre todo hemos logrado el objetivo de ser constantes y estar siempre en el top ten sabiendo que ni podía rendir físicamente al cien por cien. En este sentido ha sido una regata superbuena y de mucho aprendizaje, ya que hemos sacado muchas conclusiones positivas. Ahora sabemos que un dolor o una molestia no va a ser excusa para ser competitiva, estar entre las mejores y pelear por todo, como ha pasado en el Europeo» . La actual número 2 del escalafón mundial de la nueva disciplina olímpica del windsurf, pendiente de actualizar tras la cita continental griega, es consciente de las dificultades a las que se ha tenido que enfrentar. Por ello, se muestra más esperanzada si cabe pensando en el Mundial de este verano en La Haya, donde debe pelear por lo máximo de encontrarse en plenitud de facultades. «Al final estoy muy contenta con el resultado, aunque en la última regata me faltó un poco más de garra. Pero el cuerpo y la mente tienen un límite y llegué a los cuartos de final bastante cansada. Ahora toca recuperar y centrarnos en lo próximo, que serán entrenamientos en Marsella, en las aguas que serán olímpicas en los Juegos de París y donde se disputará un Test event en junio, para el que me he clasificado con este resultado. Será en julio e irá sólo uno por país, como un simulacro de los Juegos». Toca por tanto reseteo en El Puerto de Santa María y vuelta a empezar para la vigente campeona de España de la clase iQFoil, que esta temporada acumula ya tres triunfos internacionales y no se olvida del equipo que la rodea y hace posible tales logros. «Tengo la mente puesta en descansar y recuperarme lo mejor posible para retomar con fuerza los entrenamientos con la espalda en condiciones. En este sentido, quiero agradecer el apoyo de todo el equipo que me rodea, tanto de mi entrenador en el equipo preolímpico, Mateo Sanz, como en casa mi padre y mi hermano Fer y el resto de mi familia, mi preparador físico, Jaime González, y mi psicóloga, María Martínez, ya que sin el respaldo de todos no hubiera sido capaz de disputar el Campeonato de Europa» , concluye Pilar Lamadrid.
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