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<img align="left" src="https://static1.abc.es/media/deportes/2023/03/25/colman0-kbYE--620x349@abc.jpg">Uno de ellos es Conrad Colman, neozelandés de 39 años que también posee la nacionalidad estadounidense. Y es que es difícil pensar en un candidato más completo en las filas de la IMOCA para recibir el respaldo de una gran compañía internacional, ya sea con sede en Francia o en cualquier otro lugar.
Colman tiene un currículum impresionante. Ha dado la vuelta al mundo en tres ocasiones, incluida la Vendée Globe 2016-17, en la que terminó en 16ª posición. Fue el primer neozelandés en lograr esa hazaña, ya que fue el primer neozelandés en participar en la Figaro o en competir en la Route du Rhum-Destination Guadeloupe. Además, tiene razón cuando se trata del cambio climático: Colman fue el primer patrón que terminó la Vendée Globe sin utilizar combustibles fósiles.
Además de sus logros en el agua, Colman habla francés con fluidez y es un excelente comunicador que trabajó en la última Volvo Ocean Race como experto resumidor y analista, ayudando a explicar la regata al público no aficionado a la vela.
A todo esto hay que añadir el hecho de que Colman ha demostrado su total compromiso con su sueño de competir en la próxima Vendée Globe, al pedir un préstamo de 800.000 euros. Con él ha financiado la compra del Imagine -un diseño de VPLP Verdier de 2007- y su participación en todas las regatas de las IMOCA GLOBE SERES de 2022, incluida la Route du Rhum - Destination Guadeloupe, en la que terminó en 18ª posición de la general y cuarto en la división de orza.
Sin embargo, este simpático y modesto neozelandés, que admite que el préstamo pesa sobre su vida e incluso le interrumpe el sueño, sigue sin contar con el apoyo que necesita. "Nunca he sido un candidato tan completo", afirma. "Nadie pone en duda mi experiencia ni mi capacidad para dirigir estas campañas. Incluso con un barco mucho más lento sobre el papel, he hecho un muy buen trabajo en el agua este último año."
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Las conversaciones con posibles patrocinadores o socios no cesan, pero Colman afirma que si no se consigue el respaldo de un título antes de julio, para apuntalar un presupuesto operativo de unos 600.000 euros al año, está poniendo en peligro toda su campaña de Vendée 2024 y su temporada 2023.
Por momentos, el acuerdo ha parecido cercano, pero Colman se ha dado cuenta de que está a merced de fuerzas que no puede controlar. "La idea era hacer la temporada de 2022 y mostrar el potencial de lo que podía hacer y luego utilizar esa oportunidad para vender patrocinio", dijo a la clase esta semana. "Avanzamos mucho en ese sentido y varias empresas se mostraron muy interesadas, sobre todo tras una buena Route du Rhum, con buenas comunicaciones y una clasificación bastante buena. Pero entonces la economía tocó fondo y las empresas con las que hablamos pertenecían al sector tecnológico estadounidense, que últimamente se ha visto especialmente afectado".
Colman está en primera línea de la IMOCA, intentando explicar al mundo lo que es esta clase, y lo que la Vendée Globe y sus regatas clasificatorias significan y representan para los participantes y para quienes los apoyan y siguen.
"Como patrón internacional anglófono afincado en Francia, es complicado", explica. "Mi baza en este terreno es traer a las empresas internacionales, que tienen presencia en Francia, a este mundo para intentar aumentar la exposición de las regatas oceánicas y también abrir nuestro mundo a un público más amplio. Eso también me ha expuesto un poco más a los caprichos de la economía internacional, con la guerra de Ucrania y la inflación post-Covidio, etc., lo que ha hecho que sea mucho más difícil vender".
Se esfuerza por señalar que las empresas francesas están interesadas en él, al igual que las internacionales, y que en estos momentos mantiene conversaciones con varias de ellas, con todo sobre la mesa, desde los derechos de denominación hasta los derechos de explotación.
Podría pensarse que, dada la pasión por la vela de Nueva Zelanda -país que actualmente ostenta la Copa América-, podría haber un vínculo. Pero Colman afirma que la Vendée Globe sigue siendo un acontecimiento lejano para el público y el mundo empresarial neozelandés, por mucho que desearía que no fuera así. "Tengo muchos kiwis entusiastas que me desean lo mejor, pero me ha costado mucho atraer la atención del mundo empresarial neozelandés, o hasta ahora, y me encantaría que se demostrara lo contrario", afirma.
Las próximas semanas podrían ser cruciales para Colman en su preparación para la nueva temporada, esperando ese encuentro fortuito que podría significar el comienzo de una nueva era en su carrera, que podría incluir no sólo la próxima Vendée Globe, sino también la próxima Ocean Race. Tras su experiencia trabajando en la última Volvo Ocean Race, ha estado observando atentamente este evento y ha quedado impresionado.
"Creo que es una primera edición increíble que realmente muestra el potencial", dijo. "La gente ha criticado a menudo el paso a la IMOCA, porque predecían que los barcos estarían todos dispersos y no habría acción en el agua, sobre todo viniendo de la era de los monotipos. Pero, de hecho, está incluso más cerca de lo que vimos la última vez".
"Nunca habíamos visto cuatro barcos a la vista el uno del otro en Point Nemo, eso es absolutamente innovador y creo que es maravilloso", añadió. "La regata es una gran ventana a lo que hacemos, y es impresionante tener a hombres y mujeres de los medios de comunicación a bordo de los IMOCA. Visualmente ha sido increíblemente dramático y las narraciones de conocer a los navegantes individuales a bordo, pero también los dramas de mantener los barcos de una pieza, han sido fantásticos".
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Colman tiene un currículum impresionante. Ha dado la vuelta al mundo en tres ocasiones, incluida la Vendée Globe 2016-17, en la que terminó en 16ª posición. Fue el primer neozelandés en lograr esa hazaña, ya que fue el primer neozelandés en participar en la Figaro o en competir en la Route du Rhum-Destination Guadeloupe. Además, tiene razón cuando se trata del cambio climático: Colman fue el primer patrón que terminó la Vendée Globe sin utilizar combustibles fósiles.
Además de sus logros en el agua, Colman habla francés con fluidez y es un excelente comunicador que trabajó en la última Volvo Ocean Race como experto resumidor y analista, ayudando a explicar la regata al público no aficionado a la vela.
A todo esto hay que añadir el hecho de que Colman ha demostrado su total compromiso con su sueño de competir en la próxima Vendée Globe, al pedir un préstamo de 800.000 euros. Con él ha financiado la compra del Imagine -un diseño de VPLP Verdier de 2007- y su participación en todas las regatas de las IMOCA GLOBE SERES de 2022, incluida la Route du Rhum - Destination Guadeloupe, en la que terminó en 18ª posición de la general y cuarto en la división de orza.
Sin embargo, este simpático y modesto neozelandés, que admite que el préstamo pesa sobre su vida e incluso le interrumpe el sueño, sigue sin contar con el apoyo que necesita. "Nunca he sido un candidato tan completo", afirma. "Nadie pone en duda mi experiencia ni mi capacidad para dirigir estas campañas. Incluso con un barco mucho más lento sobre el papel, he hecho un muy buen trabajo en el agua este último año."
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Las conversaciones con posibles patrocinadores o socios no cesan, pero Colman afirma que si no se consigue el respaldo de un título antes de julio, para apuntalar un presupuesto operativo de unos 600.000 euros al año, está poniendo en peligro toda su campaña de Vendée 2024 y su temporada 2023.
Por momentos, el acuerdo ha parecido cercano, pero Colman se ha dado cuenta de que está a merced de fuerzas que no puede controlar. "La idea era hacer la temporada de 2022 y mostrar el potencial de lo que podía hacer y luego utilizar esa oportunidad para vender patrocinio", dijo a la clase esta semana. "Avanzamos mucho en ese sentido y varias empresas se mostraron muy interesadas, sobre todo tras una buena Route du Rhum, con buenas comunicaciones y una clasificación bastante buena. Pero entonces la economía tocó fondo y las empresas con las que hablamos pertenecían al sector tecnológico estadounidense, que últimamente se ha visto especialmente afectado".
Colman está en primera línea de la IMOCA, intentando explicar al mundo lo que es esta clase, y lo que la Vendée Globe y sus regatas clasificatorias significan y representan para los participantes y para quienes los apoyan y siguen.
"Como patrón internacional anglófono afincado en Francia, es complicado", explica. "Mi baza en este terreno es traer a las empresas internacionales, que tienen presencia en Francia, a este mundo para intentar aumentar la exposición de las regatas oceánicas y también abrir nuestro mundo a un público más amplio. Eso también me ha expuesto un poco más a los caprichos de la economía internacional, con la guerra de Ucrania y la inflación post-Covidio, etc., lo que ha hecho que sea mucho más difícil vender".
Se esfuerza por señalar que las empresas francesas están interesadas en él, al igual que las internacionales, y que en estos momentos mantiene conversaciones con varias de ellas, con todo sobre la mesa, desde los derechos de denominación hasta los derechos de explotación.
Podría pensarse que, dada la pasión por la vela de Nueva Zelanda -país que actualmente ostenta la Copa América-, podría haber un vínculo. Pero Colman afirma que la Vendée Globe sigue siendo un acontecimiento lejano para el público y el mundo empresarial neozelandés, por mucho que desearía que no fuera así. "Tengo muchos kiwis entusiastas que me desean lo mejor, pero me ha costado mucho atraer la atención del mundo empresarial neozelandés, o hasta ahora, y me encantaría que se demostrara lo contrario", afirma.
Las próximas semanas podrían ser cruciales para Colman en su preparación para la nueva temporada, esperando ese encuentro fortuito que podría significar el comienzo de una nueva era en su carrera, que podría incluir no sólo la próxima Vendée Globe, sino también la próxima Ocean Race. Tras su experiencia trabajando en la última Volvo Ocean Race, ha estado observando atentamente este evento y ha quedado impresionado.
"Creo que es una primera edición increíble que realmente muestra el potencial", dijo. "La gente ha criticado a menudo el paso a la IMOCA, porque predecían que los barcos estarían todos dispersos y no habría acción en el agua, sobre todo viniendo de la era de los monotipos. Pero, de hecho, está incluso más cerca de lo que vimos la última vez".
"Nunca habíamos visto cuatro barcos a la vista el uno del otro en Point Nemo, eso es absolutamente innovador y creo que es maravilloso", añadió. "La regata es una gran ventana a lo que hacemos, y es impresionante tener a hombres y mujeres de los medios de comunicación a bordo de los IMOCA. Visualmente ha sido increíblemente dramático y las narraciones de conocer a los navegantes individuales a bordo, pero también los dramas de mantener los barcos de una pieza, han sido fantásticos".
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