<img align="left" src="https://static2.abc.es/media/deportes/2023/03/22/dutreux-keXG--620x349@abc.jpg">Ante la desgarradora realidad de que su foiler VPLP Verdier de 2015 -antiguo Hugo Boss- se había deslaminado en una sección del casco bajo la cabina, Dutreux y su equipo del Guyot Environnement - Team Europe, podrían haberse rendido.
Pero han hecho exactamente lo contrario. Tras un excelente comienzo de la etapa 3 de la regata -la maratón de Ciudad del Cabo a Itajaí, en Brasil, que vio al Guyot Environnement - Team Europe en segunda posición por detrás del líder inicial, el Holcim-PRB-, la tripulación tuvo que dar media vuelta y navegar 600 millas en dirección noroeste de vuelta a Ciudad del Cabo.
Era un momento en el que las cabezas podrían haber bajado y los ánimos haberse derrumbado, y no cabe duda de que, para empezar, el ambiente era sombrío. Pero Dutreux decidió casi de inmediato que iba a dar una vibración positiva a su equipo y liderarlo en su lucha por conseguir que el barco fuera reparado en Sudáfrica y luego entregado a Brasil para que pudiera continuar en la regata.
"Tardamos casi cuatro días en volver a Ciudad del Cabo, así que fue duro", declaró esta semana a la Clase el patrón de 32 años del Guyot Environnement - Team Europe. "Todos esperábamos mucho de esta etapa, así que la frustración era bastante alta. Pero cuando llegamos a Ciudad del Cabo, mi objetivo era estar al 100% enseguida y no transmitir esa frustración al equipo, aunque había mucha. Queríamos transmitir una energía positiva".
El navegante que anunció su presencia como un serio aspirante en la división IMOCA con su noveno puesto en su debut en la última Vendée Globe, y que luego ganó la edición inaugural de la Ocean Race Europe, afirma que establecer el tono adecuado fue fundamental para que el barco estuviera reparado y listo para el viaje a través del Atlántico a tiempo.
"No fue fácil porque, por dentro, todos estábamos muy decepcionados, yo el que más", explica. "Intentaba encontrar la fuerza para transmitir al equipo la voluntad de continuar, y demostrarles que aún nos quedaba mucho por vivir en esta aventura. La avería del barco, decía, formaba parte de la aventura y teníamos que conseguir mirar hacia delante."
Llegó un momento crítico cuando el equipo de navegación y el de tierra se reunieron en el muelle de Ciudad del Cabo, listos para sacar el barco del agua, y se encontraron con que Florent Vilboux, miembro del equipo de tierra del equipo Holcim-PRB de Kevin Escoffier, estaba allí, dispuesto a echar una mano. Fue un gesto maravilloso por parte de un equipo de la Clase que acudió en ayuda de otro en una situación de crisis.
"Encontramos allí a un tipo que no conocíamos en Florent y todo el equipo estaba de buen humor", recuerda Dutreux. "Me dio un impulso. Quería representarlo aún más, demostrar que nada está acabado, que hay que darlo todo para llegar al mismo tiempo que los demás a Itajai para terminar la regata."
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Pero han hecho exactamente lo contrario. Tras un excelente comienzo de la etapa 3 de la regata -la maratón de Ciudad del Cabo a Itajaí, en Brasil, que vio al Guyot Environnement - Team Europe en segunda posición por detrás del líder inicial, el Holcim-PRB-, la tripulación tuvo que dar media vuelta y navegar 600 millas en dirección noroeste de vuelta a Ciudad del Cabo.
Era un momento en el que las cabezas podrían haber bajado y los ánimos haberse derrumbado, y no cabe duda de que, para empezar, el ambiente era sombrío. Pero Dutreux decidió casi de inmediato que iba a dar una vibración positiva a su equipo y liderarlo en su lucha por conseguir que el barco fuera reparado en Sudáfrica y luego entregado a Brasil para que pudiera continuar en la regata.
"Tardamos casi cuatro días en volver a Ciudad del Cabo, así que fue duro", declaró esta semana a la Clase el patrón de 32 años del Guyot Environnement - Team Europe. "Todos esperábamos mucho de esta etapa, así que la frustración era bastante alta. Pero cuando llegamos a Ciudad del Cabo, mi objetivo era estar al 100% enseguida y no transmitir esa frustración al equipo, aunque había mucha. Queríamos transmitir una energía positiva".
El navegante que anunció su presencia como un serio aspirante en la división IMOCA con su noveno puesto en su debut en la última Vendée Globe, y que luego ganó la edición inaugural de la Ocean Race Europe, afirma que establecer el tono adecuado fue fundamental para que el barco estuviera reparado y listo para el viaje a través del Atlántico a tiempo.
"No fue fácil porque, por dentro, todos estábamos muy decepcionados, yo el que más", explica. "Intentaba encontrar la fuerza para transmitir al equipo la voluntad de continuar, y demostrarles que aún nos quedaba mucho por vivir en esta aventura. La avería del barco, decía, formaba parte de la aventura y teníamos que conseguir mirar hacia delante."
Llegó un momento crítico cuando el equipo de navegación y el de tierra se reunieron en el muelle de Ciudad del Cabo, listos para sacar el barco del agua, y se encontraron con que Florent Vilboux, miembro del equipo de tierra del equipo Holcim-PRB de Kevin Escoffier, estaba allí, dispuesto a echar una mano. Fue un gesto maravilloso por parte de un equipo de la Clase que acudió en ayuda de otro en una situación de crisis.
"Encontramos allí a un tipo que no conocíamos en Florent y todo el equipo estaba de buen humor", recuerda Dutreux. "Me dio un impulso. Quería representarlo aún más, demostrar que nada está acabado, que hay que darlo todo para llegar al mismo tiempo que los demás a Itajai para terminar la regata."
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