<r>La fiesta de despedida de soltero que un grupo de jóvenes celebraba a bordo de un yate por la ría de Aldán acabó en naufragio, aunque todos los ocupantes salieron ilesos del incidente y llegaron a la playa próxima de Pipín con el susto en el cuerpo, pero sin más daños. Ocurrió anteanoche en la costa de la parroquia canguesa de O Hío cuando la embarcación "Veintitrés", modelo Gallart MPZ de 13,5 metros de eslora y alquilada a una empresa de servicios náuticos, navegaba frente a los arenales de Pipín y Castiñeiras, una zona donde abundan las rocas que quedan entre aguas o apenas afloran cuando baja la marea. A bordo irían ocho jóvenes -según señalaron varios testigos que afirmaron haberlos visto durante la jornada consumiendo en bares de Aldán-, que se dirigían a Sanxenxo. Sobre las nueve de la noche, el casco del yate colisionó contra una roca y se abrió una vía de agua que acabó por hundirlo.
<s></e></IMG>
Los vecinos señalan que los ocupantes pudieron alcanzar la playa, aunque difieren al relatar cómo lo hicieron. Una de las versiones apunta a que utilizaron una pequeña embarcación auxiliar, tipo zódiac, y otra que llegaron a nado, pues la playa de Pipín apenas dista unas decenas de metros del lugar del siniestro. Salvamento Marítimo desplazó a la zona a la lancha "Salvamar Mirach", con base en el puerto de Cangas, aunque su tripulación no tuvo que intervenir pues los ocupantes ya se habían ausentado y no había señales de vertidos de hidrocarburos que obligaran a desplegar barreras anticontaminación, por lo que regresaron a su base cuando ya caía la noche.
<s></e></IMG>
Una empresa especializada se encargó, ayer por la tarde, de remolcar el yate hasta el puerto de Aldán, habilitando unos flotadores para mantenerlo entre aguas durante la travesía. Lo acompañaba el "Corvo Mariño", una patrullera de la Guardia Civil del Mar, así como operarios de una firma de buceo y trabajos submarinos. Allí mantuvieron el barco siniestrado, que al final de la tarde rodearon con una barrera de espuma para absorber los derrames, hasta la llegada de un camión grúa encargado de reflotarlo. A medianoche continuaba el operativo para izarlo hasta la rampa de varada y valorar los daños, que se prevén cuantiosos en los equipos electrónicos de navegación.</r>
<s></e></IMG>
Los vecinos señalan que los ocupantes pudieron alcanzar la playa, aunque difieren al relatar cómo lo hicieron. Una de las versiones apunta a que utilizaron una pequeña embarcación auxiliar, tipo zódiac, y otra que llegaron a nado, pues la playa de Pipín apenas dista unas decenas de metros del lugar del siniestro. Salvamento Marítimo desplazó a la zona a la lancha "Salvamar Mirach", con base en el puerto de Cangas, aunque su tripulación no tuvo que intervenir pues los ocupantes ya se habían ausentado y no había señales de vertidos de hidrocarburos que obligaran a desplegar barreras anticontaminación, por lo que regresaron a su base cuando ya caía la noche.
<s></e></IMG>
Una empresa especializada se encargó, ayer por la tarde, de remolcar el yate hasta el puerto de Aldán, habilitando unos flotadores para mantenerlo entre aguas durante la travesía. Lo acompañaba el "Corvo Mariño", una patrullera de la Guardia Civil del Mar, así como operarios de una firma de buceo y trabajos submarinos. Allí mantuvieron el barco siniestrado, que al final de la tarde rodearon con una barrera de espuma para absorber los derrames, hasta la llegada de un camión grúa encargado de reflotarlo. A medianoche continuaba el operativo para izarlo hasta la rampa de varada y valorar los daños, que se prevén cuantiosos en los equipos electrónicos de navegación.</r>