<r>Consejos para pintar la obra viva del casco
Se aproxima el invierno y muchos de nosotros dejamos de utilizar nuestra embarcación. Es el momento óptimo para realizar las tediosas labores de mantenimiento que nos ayudarán a poner a punto nuestro barco para la próxima primavera. La pintura del fondo es, probablemente, la más laboriosa de las tareas dentro del plan de mantenimiento del barco. Pero limpiar el casco, pulirlo y pintarlo nos va a favorecer a la larga. Un casco limpio tratado correctamente con anti-incrustante y pinturas adecuadas reduce el consumo de combustible, aumenta la velocidad y mejora la maniobrabilidad. Es más eficiente.
Antifouling
Las labores de pintado del casco, además de pesadas suelen ser caras. Sin embargo, si se programa con antelación, contamos con las herramientas adecuadas y una formación básica sobre pintado de barcos, nos podremos ahorrar mucho dinero y no dependeremos de los servicios y disponibilidades de la marina seca. A continuación, vamos a exponer los pasos a seguir para realizar un óptimo proceso de pintado de la obra viva de nuestro barco. Una labor que si hacemos por nosotros mismos nos ayuda a conocer mejor la embarcación y aporta la satisfacción de un trabajo bien hecho.
Selección de la pintura
A la hora de escoger una pintura es importante considerar todos los factores propios y del entorno. No necesariamente una pintura muy buena va a proporcionarnos los mejores resultados. En primer lugar habremos de valorar la pintura antigua. Si hay problemas de compatibilidades será necesario desprendernos de toda la pintura vieja, lo que nos va ha suponer un enorme trabajo.
Por otra parte debemos considerar el tipo de agua: dulce o salada. Los microorganismos que se adhieren al casco son diferentes en ambos casos y por tanto requieren de pinturas especializadas. También es aconsejable conocer la opinión de los veteranos del lugar. Algunos puertos, debidos a corrientes y condiciones locales, están más expuestos que otros a determinados microorganismos. Por lo que puede ser necesario aplicar pinturas más duras o más suaves.Lo mejor en estos casos es informarnos y no dejarnos llevar por la intuición. Así como consultar las tablas de compatibilidades de las pinturas.
Escoger el mejor momento
Si tenemos previsto dejar nuestro barco en una marina seca al aire libre debemos contar con la meteorología para que nuestro trabajo no sea en vano. Un trabajo de pintado bien hecho, respetando los tiempos de secado entre imprimaciones, la humedad del ambiente y la temperatura, optimiza el resultado, haciendo que nuestra labor dure más tiempo y sea más eficiente. Por tanto seamos pacientes. Los fabricantes de pintura suelen indicar a qué temperatura y humedad deben aplicarse cada tratamiento. Por norma general se suele recomendar una humedad relativa inferior al 65 % y temperaturas entre 10 y 30 ºC. Por lo que nuestra alianza con la atmósfera será crucial, aun contando con una nave protegida.
Las prisas no son buenas consejeras. Es mejor esperar unas semanas a que el tiempo sea favorable para que los resultados merezcan la pena. Mientras tanto, y una vez que el barco está en seco, podemos aprovechar para desmontar, limpiar y engrasar los elementos que están el resto del tiempo sumergidos. La corredera, los grifos de fondo e, incluso, la mecha del timón y la bocina, requieren de un examen y mantenimiento que podemos aprovechar para hacer de manera pausada y cómoda.
Imprimación y limpieza
Para que nuestro trabajo sea recompensado con un óptimo resultado la base es una correcta preparación e imprimación de la superficie. Como para todas las superficies a pintar del trabajo previo dependerá el rendimiento y adherencia de la pintura.Si nuestro barco es nuevo y aún no ha recibido ninguna capa de pintura, lo primero que hemos de hacer es limpiarlo correctamente para eliminar residuos del molde. Para ello damos un ligero lijado con un papel de grano medio (120). Después un buen lavado con disolvente ayudado con paño o papel. Si usas paño cámbialo con frecuencia por otro limpio.
Si por el contrario nuestro barco hace tiempo que navega, este paso previo será muy sencillo. Bastará con pasar una lija de grano medio para facilitar la adherencia de la pintura. No obstante, dependiendo de la calidez del agua y de las zonas de navegación podemos encontrarnos que el casco ha sido invadido por organismos marinos. Lo mejor en estos casos es una espátula y ponerse manos a la obra hasta conseguir alisar la superficie. Puede ser que en algunos lugares, si se han producido concavidades, sea necesario rellenar con pasta o fibra de vidrio. Esto también suele pasar con las ósmosis.
Uno de las grandes problemas a que está expuesto el casco, además de los daños causados por los microorganismos marinos, es la ósmosis. Este proceso se da cuando el interior del casco (dentro del barco) hay agua o humedad. La fibra de vidrio se reblandece y el agua se procura un proceso de intercambio de dentro hacia afuera. La consecuencia son unas pompas en la obra viva que levantan la pintura, creando fosas. En este caso es necesario sanear y reparar el casco antes de proceder al pintado. Aunque lo mejor para evitar este proceso es tener un pequeño deshumidificador a bordo, que nos permita tener una atmósfera seca todo el año.
Aplicación
Antes de proceder al pintado es necesario establecer las fronteras. Si no estamos mucho duchos con la brocha, perfilar puede que no sea la mejor opción. Lo mejor es poner una cinta adhesiva para proteger la parte del casco que queda por encima de la línea de flotación. Pero no todas las cintas son buenas. La cinta que utilicemos debe permanecer pegada hasta el final del proceso de pintado, que puede durar más de un mes. Por lo que habremos de escoger una cinta adecuada para que la podamos quitar con facilidad sin traernos la pintura del casco y sin que deje zonas pardas debido a que no ha dejado pasar los rayos UV.
Al igual que lo que ocurre con las cintas adhesivas los instrumentos que usemos para pintar habrán de ser adecuados para la labor que nos traemos entre manos. No se le ocurra utilizar los mismos tipos de brochas y rodillos que utiliza para pintar su casa. Los componentes de las pinturas náuticas pueden disolverlos y destrozar todo el trabajo. Por lo general los fabricantes informan sobre cuáles son los materiales óptimos. Y otra cosa, si no está acostumbrado a utilizar pistolas de pintado es mejor que no aprenda a hacerlo con su barco. Puede correr riesgos innecesarios tanto para la salud como para el acabado final del trabajo.</r>
Se aproxima el invierno y muchos de nosotros dejamos de utilizar nuestra embarcación. Es el momento óptimo para realizar las tediosas labores de mantenimiento que nos ayudarán a poner a punto nuestro barco para la próxima primavera. La pintura del fondo es, probablemente, la más laboriosa de las tareas dentro del plan de mantenimiento del barco. Pero limpiar el casco, pulirlo y pintarlo nos va a favorecer a la larga. Un casco limpio tratado correctamente con anti-incrustante y pinturas adecuadas reduce el consumo de combustible, aumenta la velocidad y mejora la maniobrabilidad. Es más eficiente.
Antifouling
Las labores de pintado del casco, además de pesadas suelen ser caras. Sin embargo, si se programa con antelación, contamos con las herramientas adecuadas y una formación básica sobre pintado de barcos, nos podremos ahorrar mucho dinero y no dependeremos de los servicios y disponibilidades de la marina seca. A continuación, vamos a exponer los pasos a seguir para realizar un óptimo proceso de pintado de la obra viva de nuestro barco. Una labor que si hacemos por nosotros mismos nos ayuda a conocer mejor la embarcación y aporta la satisfacción de un trabajo bien hecho.
Selección de la pintura
A la hora de escoger una pintura es importante considerar todos los factores propios y del entorno. No necesariamente una pintura muy buena va a proporcionarnos los mejores resultados. En primer lugar habremos de valorar la pintura antigua. Si hay problemas de compatibilidades será necesario desprendernos de toda la pintura vieja, lo que nos va ha suponer un enorme trabajo.
Por otra parte debemos considerar el tipo de agua: dulce o salada. Los microorganismos que se adhieren al casco son diferentes en ambos casos y por tanto requieren de pinturas especializadas. También es aconsejable conocer la opinión de los veteranos del lugar. Algunos puertos, debidos a corrientes y condiciones locales, están más expuestos que otros a determinados microorganismos. Por lo que puede ser necesario aplicar pinturas más duras o más suaves.Lo mejor en estos casos es informarnos y no dejarnos llevar por la intuición. Así como consultar las tablas de compatibilidades de las pinturas.
Escoger el mejor momento
Si tenemos previsto dejar nuestro barco en una marina seca al aire libre debemos contar con la meteorología para que nuestro trabajo no sea en vano. Un trabajo de pintado bien hecho, respetando los tiempos de secado entre imprimaciones, la humedad del ambiente y la temperatura, optimiza el resultado, haciendo que nuestra labor dure más tiempo y sea más eficiente. Por tanto seamos pacientes. Los fabricantes de pintura suelen indicar a qué temperatura y humedad deben aplicarse cada tratamiento. Por norma general se suele recomendar una humedad relativa inferior al 65 % y temperaturas entre 10 y 30 ºC. Por lo que nuestra alianza con la atmósfera será crucial, aun contando con una nave protegida.
Las prisas no son buenas consejeras. Es mejor esperar unas semanas a que el tiempo sea favorable para que los resultados merezcan la pena. Mientras tanto, y una vez que el barco está en seco, podemos aprovechar para desmontar, limpiar y engrasar los elementos que están el resto del tiempo sumergidos. La corredera, los grifos de fondo e, incluso, la mecha del timón y la bocina, requieren de un examen y mantenimiento que podemos aprovechar para hacer de manera pausada y cómoda.
Imprimación y limpieza
Para que nuestro trabajo sea recompensado con un óptimo resultado la base es una correcta preparación e imprimación de la superficie. Como para todas las superficies a pintar del trabajo previo dependerá el rendimiento y adherencia de la pintura.Si nuestro barco es nuevo y aún no ha recibido ninguna capa de pintura, lo primero que hemos de hacer es limpiarlo correctamente para eliminar residuos del molde. Para ello damos un ligero lijado con un papel de grano medio (120). Después un buen lavado con disolvente ayudado con paño o papel. Si usas paño cámbialo con frecuencia por otro limpio.
Si por el contrario nuestro barco hace tiempo que navega, este paso previo será muy sencillo. Bastará con pasar una lija de grano medio para facilitar la adherencia de la pintura. No obstante, dependiendo de la calidez del agua y de las zonas de navegación podemos encontrarnos que el casco ha sido invadido por organismos marinos. Lo mejor en estos casos es una espátula y ponerse manos a la obra hasta conseguir alisar la superficie. Puede ser que en algunos lugares, si se han producido concavidades, sea necesario rellenar con pasta o fibra de vidrio. Esto también suele pasar con las ósmosis.
Uno de las grandes problemas a que está expuesto el casco, además de los daños causados por los microorganismos marinos, es la ósmosis. Este proceso se da cuando el interior del casco (dentro del barco) hay agua o humedad. La fibra de vidrio se reblandece y el agua se procura un proceso de intercambio de dentro hacia afuera. La consecuencia son unas pompas en la obra viva que levantan la pintura, creando fosas. En este caso es necesario sanear y reparar el casco antes de proceder al pintado. Aunque lo mejor para evitar este proceso es tener un pequeño deshumidificador a bordo, que nos permita tener una atmósfera seca todo el año.
Aplicación
Antes de proceder al pintado es necesario establecer las fronteras. Si no estamos mucho duchos con la brocha, perfilar puede que no sea la mejor opción. Lo mejor es poner una cinta adhesiva para proteger la parte del casco que queda por encima de la línea de flotación. Pero no todas las cintas son buenas. La cinta que utilicemos debe permanecer pegada hasta el final del proceso de pintado, que puede durar más de un mes. Por lo que habremos de escoger una cinta adecuada para que la podamos quitar con facilidad sin traernos la pintura del casco y sin que deje zonas pardas debido a que no ha dejado pasar los rayos UV.
Al igual que lo que ocurre con las cintas adhesivas los instrumentos que usemos para pintar habrán de ser adecuados para la labor que nos traemos entre manos. No se le ocurra utilizar los mismos tipos de brochas y rodillos que utiliza para pintar su casa. Los componentes de las pinturas náuticas pueden disolverlos y destrozar todo el trabajo. Por lo general los fabricantes informan sobre cuáles son los materiales óptimos. Y otra cosa, si no está acostumbrado a utilizar pistolas de pintado es mejor que no aprenda a hacerlo con su barco. Puede correr riesgos innecesarios tanto para la salud como para el acabado final del trabajo.</r>